“Todo el año es Navidad”: un viaje al universo de los Papá Noel de shopping

Desde el jueves, Néstor Frenkel muestra su nuevo filme, que explora quiénes se ponen la barba y el traje rojo cada año

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¿Quiénes son esos seres que una vez al año se disfrazan de Papá Noel y visitan los shoppings y las calles del país repartiendo alegría? Esa pregunta se la realizó Néstor Frenkel, y decidió responderla en forma de cine: “Todo el año es Navidad” es el por momentos hilarante, por momentos conmovedor, y quizás hasta por momentos fársico documental sobre estos seres que llegan, a menudo desde los márgenes del sistema, para alimentar a ese mismo sistema y su maquinaria de consumo perpetuo escenificando una subyugante y poderosa ficción, la de la contradictoria Navidad, en busca de dinero, de contención o por puro regocijo solidario.

“Once meses al año son personas normales, si existen las personas normales, y un mes al año son seres míticos que están a un paso de la divinidad”, afirma Frenkel en diálogo con EL DIA sobre los sujetos del documental que se estrena el jueves, en simultáneo en el Gaumont porteño y en el Cine Select platense; se trata del séptimo trabajo de una carrera que lo ha transformado en un referente del cine de lo real, aunque sus inicios estuvieran en la ficción: el cineasta comenzó como sonidista, experimentó con el cine de animación con muñecos y su primer largo fue ficción. Pero entonces apareció Reynols, banda de rock experimental liderada por Miguel Tomasín, baterista con síndrome de Down, y comenzó su trayecto en el documental.

Una forma que, dice, es “más afín a mi persona: más de la curiosidad y de la duda que de la seguridad y el control que exige la ficción. Busco algo que me mueva y me haga dudar”, cuenta Frenkel, quien ha retratado a personajes como René Lavand y contado historias como la de Federación, un pueblo entrerriano que en los años setenta fue demolido e inundado, y sus pobladores trasladados compulsivamente a una “Nueva Ciudad” debido a la construcción de la represa de Salto Grande, y vuelve a bucear en “Todo el año es Navidad” en universos desconocidos, como hiciera en “Amateur” y su anterior película, “Los ganadores”.

“Hay algo ahí que es mágico: encontrar un mundo, entenderlo, definirlo, encontrar un personaje gigantesco pero que estaba en su casa. Tiene algo de descubrimiento, algo de antropología lúdica, como me dijeron una vez”, explica Frenkel su pasión por estas historias, retratadas siempre desde el humor y que “se me aparecen”. En este caso, “un día me llegó un mail, spam, de alguien buscando trabajo que se presentaba como ‘el verdadero Papá Noel’. Lo borré, no necesitaba un Papá Noel para nada… pero me hizo pensar en esto de buscar un trabajo, algo de todas las personas de todos los días, pero que su argumento sea apelar a la fantasía. No decía ‘soy parecido a Papá Noel’, decía ‘soy el verdadero Papá Noel’”, revela Frenkel.

LOS PERSONAJES

“Empecé a entender que la Navidad era un poco eso: por un lado es una máquina de vender, regalos, sidra, pan dulce, y por otro apela a la fantasía, al hecho de creer en algo mágico”, agrega. Tras una investigación, inició un proceso de casting y seleccionó una serie de personajes entre los cuales se cuentan, a riesgo de “spoilear”, un Papá Noel pelado y experto en artes marciales, un Papá Noel de izquierda y un Papá Noel particularmente coqueto.

“Cada uno tiene lo suyo: todos están por algo. Pero todos son el mismo, y cada uno me da una arista de Papá Noel: uno tiene la voz, otro ama a los niños, otro tiene la imagen, otro la solidaridad…”, dice el director que, como hace a menudo en su filmografía, expone esos particulares universos y deja en el espectador la decisión de reírse de, reírse con... u ofenderse.

“Me interesa que la película tenga aire, que le de la oportunidad a quien la mire para que conecte con distintas cosas según su mirada. Hay gente que se ríe, que se emociona, hay gente que se ofende… Y a mi eso me gusta”, analiza, y aclara que “yo sé que no me río de la gente, no voy a ocupar dos años de mi vida en decir ‘qué salame es este pibe’”.

“A mi me interesa una persona por cómo es, cuál es su mundo, por su particularidad: qué planeta se inventó para vivir. Todos nos inventamos algo: cuanto más especial y particular sea ese planeta donde esa persona vive, más interesante para filmarlo. Y en este caso ya habitaban un planeta excéntrico”, sigue el cineasta.

Y también “me interesa generar esa duda: me interesa que te rías y después te preguntes de qué te reíste. Un documental que provoca todo eso es doblemente interesante, no solo te cuenta una historia”. Las risas y la forma de la risa, en todo caso, que genera “Todo el año es Navidad” dice más del espectador que de la película, aunque sí concede Frenkel que retrata esos particulares universos, en este caso el navideño, con un tono lúdico.

LA COMEDIA

“En la elección del tema ya hay un camino hacia la comedia, y también está mi mirada: yo soy así conmigo mismo, con mi familia, con mis amigos, no es que hago documentales cómicos y después soy muy solemne para hablar de mi obra...”, afirma. “Me tomo a mi mismo con humor, todo me parece un poco un poco ridículo, también estar acá dando una entrevista me parece un poco absurdo. O pretender ser un director de cine”.

“Todo el año es Navidad” tendrá su estreno el jueves y se verá a partir del 22 de noviembre en el Malba, donde también se verá durante la semana de Navidad. Y además viajará a Berlín para el Festival de Películas Navideñas No Convencionales.

Porque detrás de la comedia y de los personajes, “Todo el año es Navidad” es una película que habla sobre la necesidad de afecto, la solidaridad y la magia escondidas detrás de un truco para vender. Y si eso no es una película navideña... “No puede no serlo, aunque como dicen los alemanes quizás sea no convencional. El plan maestro es que se pase en televisión todos los 24 de diciembre”, se ríe Frenkel.

 

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