Alternativa para paliar la caída del poder adquisitivo

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El bono de fin de año permitiría aumentar entre 3% y 10% la masa salarial de fin de año, destaca un trabajo del Instituto de Estudios para la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral)

En la medida en que se espere una desaceleración de la inflación de cara a 2019, esta opción es preferible a la reapertura de las paritarias ya que al tratarse de una suma fija, el impacto de la compensación varía según cada nivel de remuneraciones.

Pero, además, hay que tener en cuenta que la actualización de los salarios en 2018 es muy heterogénea, con acuerdos paritarios de entre el 14,4% y el 48,4% anual

De esta forma, según el trabajo la incidencia de un bono de 5.000 pesos alcanza al 26% del salario mensual de un trabajador de la construcción, al 9,9% de un bancario y al 14,5% de un camionero.

También se estima que el bono de alguna manera viene a compensar los desequilibrios provocados por la devaluación y el tipo de cambio atrasado, pero su impacto necesitan tiempo para ser apreciadas, lo que muchas veces anticipa las decisiones del mercado.

Según Ieral, una vez producido el ajuste del tipo de cambio, es importante que la devaluación se de en términos reales, es decir, que la suba del tipo de cambio nominal supere al aumento de los precios internos, corregido además por la suba de los precios en otros países.

Suele ser necesario que, para que suba el tipo de cambio real, en ese proceso el tipo de cambio nominal suba más que los precios mayoristas, éstos que los minoristas, y éstos que los salarios.

Esto último para que el enfriamiento en el consumo contenga la suba en los precios de los bienes no transables. Esta secuencia, que es buena para mejorar la competitividad cambiaria (cuando la situación en materia de cuentas externas no es sostenible), es mala para el poder adquisitivo de los salarios, y por ende para el mercado interno, y todos los que de él dependen (que son la mayoría).

Por lo expuesto, en un año en que los salarios reales caen como consecuencia de una devaluación, más que una reapertura de paritarias, puede ser necesario un pago extra de monto fijo en los salarios, que alivie la situación para los trabajadores (especialmente los de menores ingresos), y que deje la renegociación salarial para el año subsiguiente.

Está claro que dicha solución no compensa la caída del salario real ocurrida en el año, pero puede servir de puente hacia una macroeconomía más competitiva, mientras se siguen implementando reformas estructurales.

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