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La Ciudad |Otra historia detrás del conflictivo arranque del ciclo académico

Impacta en Medicina la fuerte llegada de estudiantes universitarios de Brasil

Este año alrededor de 500 ingresantes provenientes de ese país desembarcaron en la facultad de 60 y 120. Muchos ya tienen un título de grado. El fenómeno trasciende a nuestro país. Testimonios en primera persona

Impacta en Medicina la fuerte llegada de estudiantes universitarios de Brasil

Jaquelin, Izabella, Olga y Thiago, cuatro de los cerca de 500 ingresantes que este año se sumaron desde brasil a medicina. califican al sistema educativo brasilero como “desigual” / casali

11 de Febrero de 2018 | 03:11
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“En Brasil, sólo los pudientes tienen garantizada una buena educación”. Izabella Matos (23), carioca e ingresante a la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, es la exponente de un fenómeno que este año explotó en nuestra ciudad pero que supera y por mucho a La Plata: jóvenes brasileros que llegan a estas tierras o se van a Paraguay, Bolivia o Venezuela a cursar estudios superiores.

Noticia de la semana que pasó por el caos que se produjo en el curso de ingreso, la facultad de 60 y 120 cuenta con unos 3.000 inscriptos, de los cuales 1.000 son extranjeros y, de ellos, la mitad provienen de Brasil. Izabella y dos de sus compañeras y compatriotas cuentan el porqué del “éxodo” y describen a uno de los sistemas educativos “más desiguales” de América Latina, el verde-amarelo.

“El sistema de educación superior brasileño es muy complejo y desigual, como también lo es el propio país”, afirman en un ensayo el profesor de la Universidad de Sorocaba e integrante de la Red Universitaria Global para la Innovación (Unesco), José Dias Sobrinho, y la doctora en Educación por la Pontificia Universidad Católica de San Pablo, Márcia Regina F. de Brito.

Izabella cuenta su experiencia, que empieza por un examen de admisión a todo el sistema universitario “después del cual entra un chico o chica cada 180 aspirantes”, afirma y aclara que ese “uno” no es un “uno entero”.

“En Río de Janeiro hay 120 vacantes para Medicina -explica-. Pero sólo 50 son para todos. Las otras 70 se repartan en cupos especiales para personas de raza negra, indios, jóvenes de escasos recursos y alumnos provenientes de escuelas públicas”, describe.

¿Cupo para alumnos de escuelas públicas? La repregunta es obligada. “Sí. Es que está asumido que existe una diferencia abismal entre la formación que se da en los secundarios privados y los públicos, por lo que los primeros tienen muchísimas más posibilidades. Entonces, a igual nota, quien viene de una pública corre con ventaja”, relata Iza, quien alquila en La Plata con una compañera que cursó primer año de Medicina en 2017. “Es muy desigual el sistema. Quien tiene dinero, puede”, añade.

Antes de hurgar en el nivel medio, que tiene elementos singulares, la joven comenta que “en Río hay cuatro universidades públicas, una estadual (similar a provincial en nuestro país) y tres federales (nacionales), y ocho universidades privadas”.

Esa relación se extiende por toda la república vecina. Un estudio de académicos brasileros sobre la universidad en América Latina revela que “hay ocho países que cuentan con sistemas nacionales de educación superior predominantemente públicos, como por ejemplo Argentina (78,79%), Panamá (88%) y Uruguay (89%). El caso de Cuba es particularmente especial, ya que, debido a las peculiaridades de su régimen político, su sistema es 100% público. El caso contrario lo representan Brasil, Chile y El Salvador, que muestran una elevada participación del sector privado (más de un 65%)”, detalla el informe.

Respecto del impacto de la cuestión social sobre el acceso a la educación, indica que “la desigualdad social se manifiesta en todos los sectores de la vida brasileña, con reflejos importantes en el nivel superior de la enseñanza: el 34,4% de los alumnos de centros públicos pertenecen al 10% más rico de la sociedad, mientras que este porcentaje crece a un 50% en las privadas”.

examen nacional

Izabella cuenta que “el examen (para acceder a la educación superior) se rinde en todo Brasil al mismo tiempo, y de acuerdo al resultado te dicen qué carreras podés seguir en el área que te interesa. Yo me preparé durante cuatro años y aprobé para Biomedicina, Odontología y Nutrición. Y estudié Nutrición durante dos años en la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro. Pero no era lo que quería. Mi sueño, desde adolescente, fue y es estudiar Medicina. Por eso es que viajé, y voy a quedarme”, enfatiza.

El examen nacional de enseñanza media (Enem) -un sistema similar al que se aplica en España- se rinde en dos días. “El primer día toman Filosofía, Sociología, Biología, Química, Física y un idioma extranjero (inglés o español). El segundo, Matemática, Portugués (equivalente a Lengua) y redacción de un texto”, detallan las jóvenes.

Jaquelin Priscila Borges (20) es de Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso. Su padre es policía y su madre dueña de un jardín de infantes. Fue a una secundaria privada. Y el examen le abrió la puerta para estudiar “Veterinaria u Odontología en una universidad particular”.

¿Entonces la evaluación habilita también para las privadas? “Si, en ese caso se paga la mitad del arancel”, comenta. ¿Y cuánto cuesta la cuota? Se miran las tres, hablan en portugués y en reales, hacen la conversión: 47.000 pesos argentinos promedio. Sin embargo, subrayan que para Medicina tampoco existe esa posibilidad. “No hay más cupos en ninguna casa de estudios, ni privada ni pública”, remarcan.

A la posibilidad de seguir Arquitectura o Veterinaria en una privada pagando el 50% del arancel, la joven de Mato Grosso le dijo que no. Sin vueltas. “Quiero estudiar Medicina, desde chica. Estuve evaluando la posibilidad de ir a Bolivia, pero finalmente me decanté por Argentina”, apunta la “quilmeña” que está a punto de mudarse a nuestra Ciudad.

Luego comenta que ante esa realidad los jóvenes optan por trabajar o por estudiar algo que no es lo quieren. “Son muchos los que llegan a los 30 y se van. Terminan una carrera y emigran a otros países de Sudamérica para poder seguir Medicina. En realidad, son mayoría”, asegura Jaquelin.

El relato de las alumnas brasileras demuestra que la presión sobre la carrera de Medicina que uno está acostumbrado a observar en la Universidad platense está lejos de ser un fenómeno local. La hermana de Iza, por ejemplo, está estudiando en Paraguay. Ella eligió La Plata porque le pareció mejor.

También oriunda de Mato Grosso, pero de la ciudad de Rondonópolis, Olga Nogueira (20) rindió el examen nacional y aprobó para Arquitectura y Odontología. Al igual que Izabella y Jaquelin, quería estudiar Medicina. Pero en su caso hubo una situación familiar que la trajo antes hasta Argentina.

“Mi padre es pastor y lo llamaron para venir aquí en el 2015. Nos radicamos en Quilmes. Luego de un año sin estudiar, en el 2016 fui a la UBA (Universidad de Buenos Aires), pero me quedaba muy mal. Entonces, como mi hermano empezó Ingeniería acá, me cambié y viajamos juntos”, comenta.

La charla transcurría en medio de la ola de calor que el jueves azotó a la Región. Era la una de la tarde y las tres chicas volvían del curso. En realidad, una forma de decir. Solamente Iza pudo entrar al aula, sus amigas no lo lograron.

la secundaria

La joven carioca se remonta a su educación secundaria. “Existen allá las escuelas públicas estaduales y federales y las privadas. A las estaduales es imposible ir. Están en condiciones desastrosas de infraestructura y la enseñanza es pésima”, define. “Para ingresar a una secundaria federal (nacional) hay que rendir un examen. Yo fui a una. Pero si bien la educación es mejor, no alcanza para aspirar a la universidad, de modo que mis padres me enviaron a un instituto para tomar clases particulares en forma paralela. Son muchos los que hacen eso”, dice y cuenta que su madre es administrativa y que su padre tiene un restaurante. ¿Cuánto pagaban por mes? “Unos 12.000 pesos argentinos”, apunta.

“Acá no gustan de nosotros”

Sin que se les pregunte, las tres chicas lanzan una frase que suena muy mal en una sociedad que se jacta de ser “hija o nieta” de inmigrantes. “Acá no gustan de nosotros. Piensan mal. Se nota en los comentarios que hacen al pie de las notas sobre el problema del curso de ingreso”, explican.

“Es que piensan que venimos a estudiar y luego nos volvemos. Yo no pienso volver a Brasil. Aquí se está mucho mejor. Es muy tranquilo, seguro”, asevera Izabella. Y sus amigas asienten.

Pero acá la gente está muy preocupada por la inseguridad, se les hace notar. Sonríen. “¿Saben lo que es Brasil?”, pregunta Iza. “En Mato Grosso no es tanto como en Río, pero tampoco existe la tranquilidad que hay aquí”, apuntan Jaquelin y Olga, quienes están realmente sorprendidas de que se pueda “usar el celular en la calle” o que sea posible salir cuando se hace de noche.

“Vinimos a realizar nuestros sueños de toda la vida, pues nuestro país nos lo impide”, finalizan.

 

$47 mil
en promedio se paga la cuota en las universidades de Brasil, según estimaron los estudiantes consultados, para estudiar la carrera de Medicina. Sin embargo aseguran que así y todo no hay más cupos en las casas de estudio, ni públicas ni privadas
1.000
extranjeros apróximadamente arrancaron este año la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de La Plata, sobre un total de 3.000 ingresantes. Se estima que alrededor de 500 llegaron desde Brasil para estudiar en La Plata
8
países de América Latina cuentan con sistemas educativos predominantemente públicos, por caso Argentina, Panamá y Uruguay. Cuba, por las características de su sistema de gobierno, mantiene un modelo educativo 100% público

 

 

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“Son muchos los que se van a los 30, con una carrera terminada, para poder seguir Medicina” Jaquelin Borges (20) Oriunda de Cuiabá

“En Río, de 120 vacantes para Medicina, sólo 50 son para todos. Las otras 70 se reparten en cupos especiales Izabella Matos (23) Oriunda de Río de Janeiro

“Acá no gustan de nosotros. Se nota en lo que dicen sobre el conflicto del ingreso” Olga Nogueira (20) Oriunda de Rodonópolis

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