Adiós al amor: Fede y Laurita, separados por otra infidelidad

Nada de San Valentín ni de regalos románticos. Federico Bal y Laurita Fernández habrían decidido ponerle fin a su relación días atrás a causa de una infidelidad, una piedra sobre la que él ya había tropezado.

La tercera en discordia, dicen, es Rebeca “Becky” Vázquez, una ex bailarina de “Showmatch” que integra Magnífica, la obra que el actor protagoniza en Mar del Plata junto a su madre Carmen Barbieri (Becky es amiga de Macarena Rinaldi, actual novia de Federico Hoppe, ex de Laurita). En “Magnífica”, la bailarina tiene un momento de destaque cuando baila el tango con Fede Bal. Cuentan las malas lenguas que el actor y su amante se encontraban a diario al finalizar la función de la obra de teatro para ir al departamento de ella. El jueguito duró un tiempo.

“Los vecinos de ella lo veían llegar a ese departamento, que está justo frente a un teatro de otra compañía… que también lo veían. Casi todo el elenco de Magnífica sabe de la relación de Fede Bal con esta chica”, lanzó el periodista Angel De Brito.

Con tanto descuido, Laurita descubrió el engaño: tras sospechar durante algunos días, algunos dicen que incluso llegó a llamar a Becky. Lo cierto es que de alguna u otra forma, habría recibido confirmación del engaño: entonces, decidió llamarlo por teléfono y cortar la relación, entre los gritos y el llanto.

Los protagonistas no se pronunciaron, aunque la rubia le confirmó la ruptura a “Intrusos”, donde estuvo invitada Carmen Barbieri, que habló del tema e intentó llevar calma. “Hace cinco días estuvo Laura acompañando a Fede en el velorio de mi mamá. ¿Qué pasó en seis días?”, comenzó, y contó que se enteró por los medios de la separación y no conocía los rumores del affaire con Becky. “Yo no estoy metida en chismes de camarines, solo voy a trabajar y a cuidar a mi elenco”, señaló. Aunque después lanzó al aire: “Fede y Becky son amigos de hace muchos años”.

Carmen intentó defender a su hijo y dijo que “es la primera vez que veo a mi hijo amar. Ni mirar una mujer, ni hacer fiestas”, pero, claro, Laurita probablemente ya no quiere más palabras...