¿Está bien ubicada la ciudad capital?

Roberto G. Abrodos

Podríamos pensar a veces que los fundadores no estuvieron atinados con el lugar elegido para erigir la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, muchos han renegado de muchas cosas, yo entre ellos porque he sufrido las consecuencias, pienso igualmente que el lugar es el ideal, por razones que no voy a explicar ahora.

Solamente creo que las cosas no se hacen bien, a ver pensemos un poco en el foco de contaminación que está muy cerca: fruto de una de las primeras acciones del gobierno de Alvear fue nombrar al Gral. Enrique Mosconi como Director General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), éste con el apoyo gubernamental impulsó el crecimiento de YPF con el objetivo de alcanzar el autoabastecimiento de petróleo, vital para el desarrollo autónomo del país. Esta planta industrial fue la décima destilería más grande del mundo. Hasta aquí todo bien, ¿pero se pensó en los vientos, que en invierno predominan del sudeste y traen desde el polo petroquímico, que fue creciendo con el paso de los años y los adelantos, gran cantidad de aire contaminado a toda la zona?

Ahora vayamos al cambio climático que no dudo que exista, simplemente pienso que la ciudad se inunda desde hace años y cada vez más, pero si la ciudad no ayuda el problema no se va a corregir.

Hagamos un poco de historia: A fines de mayo de 1957 la intensa precipitación que se abatió determinó que numerosas viviendas se inundaran y se debieran suspender los servicios de tranvías.

Los primeros días de enero de 1958 trajeron lluvias, con mayor intensidad el día 3 de enero cuando la precipitación alcanzó a 70 milímetros y anegó numerosas calles con los problemas imaginables y allí los bomberos comenzaron a recibir pedidos de ayuda por anegamientos de viviendas en especial de La Loma, Circunvalación y radio céntrico.

Corresponde aquí una explicación, ya a finales de los años cincuenta, los barrios de la ciudad habían crecido mucho, muchas calles habían sido asfaltadas algunas sin sus respectivas bocas de tormenta en cada esquina, sabemos que el agua es imparable y no desprecia ningún sitio, cuando los cauces naturales que estuvieron antes que se fundara la ciudad están obstruidos o directamente no existen más, el líquido elemento sigue su curso natural hacia el río, pero no olvidemos que la ciudad está edificada en las “lomas” de Ensenada, entre loma y loma hay un badén, lo cual hace que las lluvias no se escurran con tanta facilidad.

El cambio del clima es un proceso lento que viene de hace muchos años. La lluvia de la mañana del 13 de febrero de 1958 que ascendió a 47,7 milímetros anegó varias calles y dejó completamente cubiertos varios tramos de la avenida 13, de la calle 33 entre 8 y 9 y zonas bajas de la ciudad.

Curiosamente, por el mismo tiempo la comuna llamó a licitación pública para ejecutar un plan de pavimentación que se proyectaba llevar a cabo financiado con crédito bancario y se tuvieron en cuenta los pedidos formulados por núcleos de vecinos y centros de fomento. Las localidades con calles a pavimentarse eran Villa Elisa, City Bell, Tolosa, Villa Rivera, Gonnet y Los Hornos, en zonas con más propietarios.

Se producían anegamientos, provocados por las intensas lluvias el 11 de febrero de 1975. Entró el agua a muchas viviendas de la zona de 43 entre 1 y 2, ¿ausencia de bocas de tormenta o totalmente tapadas?, hasta aquí fueron solo pérdidas materiales.

Finalmente hace pocos años, más precisamente el 2 de abril de 2013, una intensa lluvia a partir de la media tarde, inundó gran parte de la ciudad causando más de 80 muertos, grandes males psicológicos y pérdidas materiales incalculables. La lluvia no registra precedente: finalmente cayeron 392 milímetros de agua, más del doble de lo llovido el 11 de marzo de 1930, récord histórico hasta ese momento.

Lo argentinos siempre buscamos culpables y los únicos que pueden ser condenados son aquellos por la falta de estudios de escurrimiento de aguas, algunos arroyos fueron entubados, pero para lluvias del pasado, los que se “olvidaron” de las bocas de tormenta, y el agua tarda en escurrir o en llegar al lugar de mejor salida.

Si a todo esto le sumamos la falta de sentido común o de educación, con la basura que se arroja en las calles, botellas de plástico, bolsas de basura y otros elementos que obstruyen los lugares de salida, tenemos un combo completo.

Felizmente se están haciendo las añoradas obras para hacer frente a precipitaciones pluviales inusitadas de corta duración, que, acompañadas de obras menores de bocas de tormenta, en un clima que pareciera ser en el futuro subtropical y más lluvioso, pero hay voluntad y la misma lleva a soluciones.

*Foto de portada calle 54 esquina 22, todas son cortesía de www.laplatamagica.com.ar

 

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