Casi a la misma hora y a pocas cuadras de distancia, terror en dos casas de Los Hornos
Edición Impresa | 19 de Febrero de 2018 | 02:00

Fue una madrugada de terror la que les tocó a dos familias que viven a pocas cuadras de distancia en Los Hornos. Casi a la misma hora, en sus casas situadas a unas diez cuadras de distancia, sobre dos avenidas, sufrieron la invasión de ladrones que en situaciones también similares de amenazas y golpes, se llevaron dinero y elementos de valor.
Los asaltos se produjeron en la casa que una pareja de jubilados comparte con tres hijos, sobre la avenida 66, a metros de la intersección con 161, y en otra vivienda de 155 entre 61 y 61 bis, donde vive un pintor de autos y electricista con un hijo, su nuera y dos nenas.
Según contaron las víctimas y confirmó la Policía, ambos episodios se registraron alrededor de las cuatro de la mañana mientras los dueños de casa descansaban.
“Estábamos durmiendo y nos despertamos con el ruido de las patadas que le daban a la puerta de calle”, contaron en la casa de 66 casi 161. La fuente, todavía conmocionada por la tensión de la noche, pidió reservar su identidad. No obstante, relató que ante ese cuadro el dueño de casa, un jubilado de 72 años, se levantó de la cama e intentó resistir la invasión impidiendo que los ladrones abrieran la puerta, cuya seguridad habían vulnerado destruyendo las cerraduras. La fuerza del hombre no pudo contener los empellones de tres personas desde el exterior. Eran jóvenes según recordaron luego en la casa. Y también ágiles: llegaron a la vivienda luego de pasar por sobre una reja de hierro, con puntas afiladas, de dos metros de alto.
“Tírense al suelo y quédense quietos”, gritó uno de los ladrones cuando la banda ya había ganado el living y estaban parados ante el jubilado -que empezaba a sentir dolores en la muñeca tras el forcejeo de la puerta-, su esposa y uno de los tres hijos del matrimonio, de alrededor de 40 años. Los otros dos, habían salido en la noche del sábado. En unos 10 o 15 minutos, los tres ladrones armados con cuchillos recorrieron la casa y dieron forma a un botín con dos celulares, una computadora y dinero en efectivo, según informó la Policía.
Más tarde, el hombre debió recibir atención médica por los dolores en uno de sus brazos. Según informó un familiar le diagnosticaron un esguince de muñeca.
“Deben ser los mismos que me robaron a mí. De acá salieron en una moto negra por 155 y se metieron para 156 a una o dos cuadras de acá”, dijo Ricardo Godoy, el hombre de 61 años, sorprendido mientras dormía, en la casa que está retirada unos 5 metros de la línea municipal y separada de la calle por un portón de madera y una tela de media sobra tendida con alambres. “Entraron por la ventana de la pieza, que está al lado de mi cama. Me pegaron en la cabeza y un par de piñas en las costillas, para que me quede quieto. Mientras uno me tenía, el otro revisaba todo”, relató Godoy.
Según detalló, los asaltantes se llevaron unos 6 mil pesos, una máquina de cortar el pasto, una pava eléctrica, una garrafa. También actuaron rápido. “Estuvieron unos 10 minutos y se escaparon en la moto. Yo salí a la calle cuando dejaron la casa, pero ya habían huido hacia la zona de 66”, indicó la víctima.
Frente al cuadro de violencia, el hombre comentó que “por suerte no estaba en casa mi familia, especialmente mi nuera y las nenas”.
En las dos casas no habían padecido robos, según indicaron a este diario las víctimas. Sin embargo, en el barrio los vecinos coinciden en la preocupación por los robos callejeros y asaltos a viviendas.
“Esto es común. Anoche le tocó a ese hombre, hace unos días a una señora, a dos cuadras y todos los días hay arrebatos sobre la 155. Es muy lamentable lo que estamos pasando en el barrio”, aseguró un frentista, a metros de la casa de Godoy.
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