Recuerdos del buen comer
Edición Impresa | 25 de Febrero de 2018 | 08:27

Con la audacia suficiente para cruzar al asado con Levi-Strauss y a Heráclito con el locro, el ensayista Mariano Carou recorre en “Filosofía gourmet” los hitos de la gastronomía argentina para rastrear la riqueza simbólica que subyace en el mate, el choripán o las empanadas, componentes centrales de un menú donde es posible leer desde el sesgo machista de una cultura hasta un modo de posicionarse frente a la fugacidad del tiempo.
Acaso motivado por las incursiones del pensador francés Michel Onfray en obras como “El viente de los filósofos” o “La razón gourmet”, Carou intuyó que el repertorio culinario podía funcionar como un portavoz revelador de la identidad argentina.
“En la elección de lo que comemos -y en las circunstancias en que lo hacemos- está nuestro retrato en forma más que evidente”, explica este egresado de Letras con un Magister en Literatura Comparada por la Universitat de Valencia.
Así, “Filosofía gourmet” (editorial Heterónimos), que obtuvo el Premio Heterónimos de Ensayo por decisión de un jurado integrado por Maristella Svampa, Ricardo Coler y Germán García, es una indagación acerca de cómo nos constituye lo que comemos y cuanto hay de revelador en este hábito ’más allá de la “sana finalidad de no morir de inanición”: no en vano, según el autor, en los países mediterráneos y sus territorios colonizados prevalece un interés particular por la gastronomía y por el significado simbólico de muchas de sus prácticas.
“Necesitamos el asado y el mate como en otras culturas necesitan otras cosas –dice Carou-. Por ejemplo, viví un tiempo en Suecia y me sorprendió que la gente no usa cortinas: la búsqueda de compañía y comunidad pasa por que el otro vea el interior de tu casa, vea que estás, se te acerque… Nosotros nos juntamos a comer o a tomar mate. No existen reuniones en las que no comas algo”.
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