Video: se extiende la ola de robos y violencia por toda la Ciudad

Antes la mayoría de los hechos se registraban en locales del Centro y sus alrededores, pero ahora los casos empezaron a golpear a otros sectores comerciales más alejados

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La ola de robos y violencia parece extenderse por todos los rincones de la Ciudad. Hasta no hace mucho tiempo, los problemas eran casi patrimonio exclusivo de las casas o comercios situados en el Centro y sus alrededores, pero ahora en los sectores más alejados también han surgido evidentes demostraciones de que en La Plata la inseguridad es propiedad de todos por igual.

La seguidilla de ataques vandálicos es intensa y constante y este diario viene dando cabal muestra de esa grave situación.

Por lo general, aunque hay excepciones, actúan bandas cuyos integrantes son menores de edad. Chicos muy chicos. Algunos de ellos arrancan a los 8 o 10 años, sabiendo que no hay sanción posible que les complique la vida.

Salvo un rato en la comisaría, a la espera de que los pasen a buscar y otra vez quedan liberados para seguir en el camino del delito.

Esto le pasó ayer a un adolescente de sólo 13 años y a otro de 14, quienes fueron demorados por personal del Comando de Patrulla local por provocar daños y llevarse algo de efectivo.

Un caso ocurrió en 50 entre 9 y 10, donde los efectivos encontraron a un joven en el interior de un negocio.

En su poder, tras la requisa de rigor, descubrieron la suma de 2.540 pesos, cuyo origen ahora se intentará determinar.

El hecho ocurrió cerca de las 03.35 de la madrugada y ahora se intenta determinar si el demorado estuvo involucrado en los daños registrados en una entidad bancaria de 7 entre 49 y 50, donde violentaron un cajero automático.

Según una fuente, “la tapa de la máquina estaba levantada y el frente abierto”, aunque no se habrían llevado efectivo.

EN UNA CONCESIONARIA

Un panorama similar se registró ayer en una concesionaria de autos de Ringuelet, a la que ingresaron por la tarde con fines de robo, previo provocar destrozos en un vidrio.

El parte oficial consignó que al arribo de una comitiva policial “se encontraba un móvil de la empresa Prosegur”, cuyo responsable “detectó la puerta violentada y todo revuelto”.

Los voceros indicaron que el representante de la empresa de seguridad “también refirió haber visto a una persona cuando se daba a la fuga, desconociendo si había más cómplices en el interior del salón comercial”.

Por eso se realizó un minucioso rastrillaje por todo el predio, aunque arrojó resultados negativos.

El ataque, se indicó, tuvo lugar en la concesionaria “Nissan”, que funciona en camino Centenario entre 511 y 512.

Las novedades surgieron un poco después, cuando desde la central de monitoreo público urbano indicaron que había un sospechoso en las inmediaciones.

Precisamente, una vez localizado por la Policía, el empleado de la empresa de vigilancia confirmó que se trataba de la persona que él había visto cuando escapaba del local.

Por eso se lo demoró preventivamente, aunque más tarde, tras las averiguaciones de rigor, se descubrió que se trataba de un menor de 13 años, por ende, inimputable para la ley.

La causa quedó caratulada como “robo”, más allá de que, al menos hasta el cierre de esta edición, no se indicó sobre la existencia de faltantes.

Sí tuvo que actuar personal de Policía Científica, que se encargó del levantamiento de rastros y todos los peritajes de rigor.

Un informante explicó que ayer también se habría registrado un robo en un hipermercado enclavado en esa zona de la Ciudad, del que se llevaron dos bicicletas.

Sin embargo, nada se sabe aún de sus autores y si tienen vinculación con los casos anteriormente citados.

FESTIVAL DELICTIVO

Como este diario informó en su edición anterior, entre la noche del viernes y la madrugada del sábado por lo menos tres negocios del Centro sufrieron la rotura de sus vidrieras, lo que también le sucedió a un local de diagonal 80, muy cerca de la estación de trenes.

No se sabe si una misma banda actuó en todos los casos (se presume que en los tres primeros si), ni si la intención era robar o no más que causar daño.

Lo concreto es que en uno vaciaron la caja registradora y todos los propietarios terminaron perdiendo plata por la reparación de los vidrios.

La modalidad se repite en las madrugadas y, a falta de soluciones, las víctimas ya desisten de hacer la denuncia.

El primer ataque ocurrió a las 22.15 del viernes en la esquina de 10 y 44, donde rompieron la vidriera de una casa de venta de colchones.

“No se veía desorden en el interior, ni que hubieran ingresado”, dijo una fuente policial. Los primeros en llegar al lugar fueron los móviles del Comando de Patrulla que recorrían esa zona.

El segundo alerta se produjo unos 10 minutos después de la medianoche, cuando los patrulleros tuvieron que dirigirse a una juguetería en 16 y 44, topándose con un panorama más grave.

La vidriera también estaba rota, aunque adentro se veía muchísimo desorden.

El dueño del negocio confirmó a los policías que faltaba el dinero que habían dejado en la caja registradora, cuyo monto no pudo precisar, dijeron fuentes oficiales.

Entre los restos de vidrio quedó un pedazo de madera y un goteo de sangre en la vereda, por lo que se supone que los intrusos se lastimaron al romper el acceso.

A las 2.15, el Comando supo de otro caso similar en la financiera de 7, 46 y 47, donde los delincuentes habían dañado la puerta.

El último episodio fue en una verdulería de diagonal 80 y 116, a las 3.20. Tampoco robaron.

La Policía investiga si detrás de estos casos hay una o varias bandas delictivas

 

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