Incidentes por el chico muerto en Tucumán

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Familiares y amigos del chico de 12 años que murió el jueves pasado al recibir un disparo en la cabeza -durante una persecución policial- ingresaron ayer por la fuerza al estadio de Atlético Tucumán para recorrer el campo de juego con el féretro antes del sepelio y, según la denuncia realizada por los dirigentes, amenazaron al personal del club con armas de fuego.

El hecho ocurrió cuando un grupo de personas que despedía los restos de Facundo Burgos violentaron uno de los accesos del estadio “José Fierro”, para ingresar con el cajón al césped del estadio de 25 de Mayo y Chile.

“Rompieron uno de los portones de acceso sobre calle Laprida y luego destruyeron un candado para poder acceder al campo de juego, donde amenazaron a los empleados que se encontraban en ese momento realizando tareas de mantenimiento y pintado”, señala el comunicado difundido por la comisión directiva del equipo que milita en la Superliga.

Tras el incidente, desde el club realizaron la denuncia policial correspondiente y se comunicaron con el ministro de Seguridad, Claudio Maley, quien ordenó que personal policial se hiciera presente en las instalaciones.

Burgos murió el jueves al recibir un disparo en la cabeza durante una persecución policial y sus familiares intentaron responsabilizar a los policías del 911 que intervinieron, al asegurar que se trató de otro caso de “gatillo fácil”.

Sin embargo, la prueba de parafina que se le practicó al niño fallecido dio positiva, según revelaron fuentes de la investigación.

La prueba también dio el mismo resultado en el chico de 14 años que conducía la moto en la que se desplazaba Burgos. Por eso los policías quedaron en libertad.

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