Gimnasia entró en un tobogán y ya preocupa el promedio venidero
Edición Impresa | 14 de Abril de 2018 | 05:41

Por NICOLÁS NARDINI
nnardini@eldia.com
Gimnasia sigue en un oscuro túnel, perdido y con un rumbo completamente incierto. Si su presente preocupa a sus hinchas, su futuro produce escalofríos en una masa societaria y de hinchas que ayer parece haber llegado al límite de su capacidad de resistencia, al explotar en un estruendoso coro de silbidos (no fue el primero pero sí fue el más ostensible) contra los jugadores, luego de consumada la quinta derrota en fila en el campeonato. La bronca también se hizo visible contra Facundo Sava y contra la CD, en una zona de jardines donde el nerviosismo y la preocupación estuvieron a la orden del día. No se salvó nadie del repudio de los hinchas, que se fueron sin producir ningún tipo de desborde, aunque sí manifestando su calentura a viva voz, de manera sanguínea y visceral.
El partido puntual de anoche fue un eslabón más de un engranaje que luce desarticulado. “Uno siente que la pesadilla no termina”, dijo, lúcido, Facundo Oreja en la zona de camarines. Es, quizás, la mejor figura para graficar lo que está atravesando este Lobo versión 2018. La pesadilla parece no tener fin y el panorama no es alentador de cara al calendario que se le avecina a Gimnasia, es decir, el equipo puede estar aún peor si no se produce un punto de inflexión que, por ahora, no se vislumbra. El problema no es sólo el presente, sino que este momento, como ya se marcó desde estas páginas, está hipotecando peligrosamente el futuro. El Lobo tendrá problemas en la tabla de los promedios de la temporada venidera, producto de esta raquítica cosecha de puntos de la actual temporada de la Superliga. No se trata de una especulación agorera, es una realidad inocultable de la que deben tomar nota con urgencia en calle 4 si no quieren que la crisis sea mucho más profunda en el devenir de la 2018-2019.
Malas decisiones futbolísticas, un plantel pobre y la nula inversión producto de una institución que atraviesa un concurso preventivo de acreedores, fueron una combinación que derivó en este presente causal y nada casual. De las cruciales decisiones de los próximos meses, a todo nivel, dependerá la profundización de la crisis o la salida hacia una realidad que pueda producir una brisa alentadora.
Gimnasia está hipotecando su futuro
NO LE SALE UNA, EL MOMENTO SE LLEVA PUESTO TODO
La noche de viernes había empezado con una sonrisa para el equipo tripero. La ventaja parcial, producto de una gran combinación ofensiva, auguraba una posible recuperación. Pero todo se desmoronó en el complemento. Atlético Tucumán dio vuelta la historia y dejó para la mera estadística la conquista de Lorenzo Faravelli. Los del norte de la Argentina aprovecharon los espacios (muchos) dejados por los de Facundo Sava y este Lobo descompuesto se tornó una vez más vulnerable. La visita pasó al frente y, desde ese momento, se desdibujó por completo el desempeño local. Hubo manotazos de ahogado, como el poco comprensible debut del pibe Gómez en el epílogo y la enésima chance para el errante Dibble. Fue derrota, la quinta en fila, y desazón para la gente que se fue entre insultos, silbidos y angustia por un futuro que preocupa. Sólo un drástico cambio podrá cambiar esa sensación de desasosiego que invade a la familia gimnasista. La sangría debe parar a como de lugar. Encontrar la manera de lograrlo, el imperioso, obligado y urgente desafío de los que toman decisiones en la vida albiazul.
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