El genocidio armenio y la diáspora

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Por CARLOS A. ESAYAN (*)

A 103 años del salvaje y luctuoso hecho de lesa humanidad perpetrado por el Imperio Otomano que representara el primer genocidio del Siglo XX y que costó un millón y medio de víctimas, los armenios seguimos reclamando su reconocimiento en el mundo.

Son treinta países que lo han reconocido a los que recientemente se incorporó Holanda. Sin embargo Turquía, como política de estado, lo sigue negando sistemáticamente.

La República de Armenia (Hayastan) ha demostrado con el transcurso del tiempo su capacidad de resiliencia. Actualmente afronta un conflicto bélico de enorme trascendencia con su vecino azeri como lo es Nagorno Karabag y que le ha significado en determinado momento tener que sacrificar altos porcentajes de su presupuesto para esa guerra. No obstante siempre la madre patria, la República de Armenia, renace de sus cenizas producto de una enorme capacidad sinérgica, en un marco de diversidad poco frecuente en innumerables naciones, ya que su cultura diaspórica que se remonta al Siglo XVI y fuera exacerbada a raíz del destierro obligatorio o diáspora provocado por los otomanos así lo demuestra.

Este pequeño país cuyas dimensiones son cercanas a la superficie de la provincia de Misiones, cuenta con sólo 3 millones de habitantes, pero por otro lado con algo que yo lo denominó su “portaaviones” en el mundo armenio y en un sinnúmero de países que cuadruplica esa cifra generan permanentemente un vínculo intangible de fortaleza que se trasunta en una maravillosa energía, basada principalmente en el amor de esa pequeña porción de tierra cristiana en una zona asiática compleja. Hoy más que nunca los argentinos descendientes de esas víctimas armenias seguimos levantando nuestra consigna de memoria activa y reclamo. la licenciada Nélida Boulgourdjian, miembro de la Cátedra Libre del Pensamiento Armenio de la UNLP, afirma en el semanario Sardarabad que es posible la supervivencia de armenia y su diáspora con una interacción equilibrada entre ambas.

 

(*)Director de la Cátedra Libre del Pensamiento Armenio de la UNLP

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