Un par de vínculos desparejos y otro poco de amor francés

Edición Impresa

Alejandro Castañeda

afcastab@gmail.com

MADAME.- Anne y Bob son un matrimonio de americanos que acaba de instalarse en París. Organizan una cena de bienvenida en su coqueta residencia. Quieren vincularse. Las cosas no andan bien entre ellos: hay problemas económicos e infidelidades mutuas. Esa noche llega de sorpresa el hijo de Bob, un joven escritor, alcohólico y algo fabulador. Decide quedarse a cenar. Con él, suman trece comensales. Como Anne es supersticiosa, resuelve que su empleada doméstica haga el papel de una amiga lejana y se sume a la velada. Lo que se viene es imaginable: la falsa invitada acapara las miradas y hasta enamorará sin proponérselo un marchand inglés.

El tema central son las apariencias. Todos simulan. El dueño de casa necesita vender un valioso cuadro para poder salir de la bancarrota. Hay un comprador, pero duda: ¿es auténtico o falso? No sólo la empleada simula. También los dueños de casa viven un amor sin autenticar. Un film apenas simpático, pero sin ingenio, que transita caminos conocidos. Hasta el joven escritor, de alguna manera co-responsable de este cuento de hadas, siente que lo mejor es darle finales felices a sus novelas románticas, “porque es lo que gusta a la gente!”, aunque la realidad muestre otra cosa. El film se apoya en los buenos trabajos de Toni Collette y Rossy de Palma. La directora Amanda Sthers le confió a ellas la conducción de esta comedia que carga contra la frivolidad y la falsa vida social de los grandes salones y que muestra a los hombres como acompañantes distraídos que tardan demasiado en descubrir las mentiras.

(***BUENA)

UN TALLER DIFICIL

EL ATELIER, Laurent Cantet.- Olivia es una escritora parisina que llega al pequeño pueblo de La Ciotat para conducir un taller literario. No se trata de enseñar a escribir. El objetivo apunta a la integración ya la inclusión de jóvenes de diferentes razas y religiones. Olivia les propone hacer entre todos un relato que refleje lo que pasa en ese lugar, un pueblito que alguna vez fue un importante centro de construcción de barcos y que hoy está dormido por la falta de trabajo. Los chicos discuten eligen, se recelan. Hablan de terrorismo, de refugiados, de los recién llegados, de la difícil integración, de racismo. “Hay que saber elegir las palabras”, les dice la profesora, que fogonea el debate pero calma las aguas. Hay reproches, palabras duras, enojos, indiferencia, una tácita. Cantet sostiene la historia con más oficio que compromiso. Y cuando busca un subtema con algo de suspenso, el film hace agua. La tensión entre la maestra con ese alumno rebelde, nunca suena creíble. El Atelier es una película bien pensante, obvia en sus planteos, casi banal a veces, recargada otras veces (cansa un poco escucharlos a los chicos tener que leer lo que escribieron en casa). Cantet al menos mantiene su mirada humanista y sus buenas intenciones, pero esta vez no alcanza.

(** REGULAR)

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE