Claves: el impuesto a la renta financiera y la suba del Bono del Tesoro de Estados Unidos

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Hubo dos factores que influyeron ayer en la presión compradora hacia el dólar. Uno externo: la persistente suba de la tasa de interés del Bono del Tesoro de EE UU a 10 años, que ayer se ubicó en un máximo de 3,035 % y terminó la rueda en 3,02. El otro, interno: la aplicación del impuesto a la renta financiera, en particular a los inversores extranjeros, a partir de hoy.

Esto provocó que el volumen registrado en el mercado de contado, se negociara en una cifra récord superior a 2.168 millones de dólares y el Banco Central tuviera que vender una cifra inesperada de 1.471,7 millones de la divisa extranjera para frenar la escalada.

Analistas de mercado indicaron ayer que la venta de dólares del Central fue la mayor durante el gobierno de Mauricio Macri. Y que desde hace 18 años no se registraba una venta similar por parte de la autoridad monetaria.

La tasa de rendimiento de un bono de Estados Unidos a 10 años -un referente de las inversiones seguras a nivel mundial- llegó a 3,03 % anual. Y siempre un bono norteamericano es más atractivo que otro de un país con más riesgo, como es el caso de los llamados emergentes.

Esto provocó que el dólar cotizara en su valor más alto a nivel mundial. En Brasil, por ejemplo, llegó a 3,51 reales, el nivel más alto en dos años. También se desplomó el peso mexicano y otras monedas latinoamericanas.

Mientras, la principal presión interna, viene de la aplicación del impuesto a la renta financiera, a partir de hoy 26 de abril, que llevó a muchos inversores, principalmente extranjeros, a desarmar posiciones en acciones y bonos para adquirir divisas.

Esos inversores, que tenían en cartera Letras del Banco Central en pesos por el equivalente a unos U$S 1.300 millones decidieron desprenderse desde el inicio de la semana de esos bonos en el mercado secundario y comprar dólares. Es decir, el repentino apetito por la moneda estadounidense responde también a la entrada en vigencia del gravamen a la renta financiera

Esto provocó que ayer para no convalidar una suba de las Lebac a corto plazo por encima de 27%, el Banco Central en lugar de vender Lebac para aspirar pesos, compró.

El jefe de una mesa de dinero explicó ayer una tercera razón para la presión sobre el dólar: hay una mayor demanda de divisas para enfrentar el pago de importaciones de fin de mes.

“Vender más de mil millones en un día para sostener un dólar insostenible es una malísima política que pagaremos todos. Cuanto antes termine esta gente de hacer locuras mejor. Están desarmando posiciones contra el peso. No sean ciegos. Va in crescendo”, advirtió el economista Carlos Rodríguez vía Twitter.

Todo indica que la decisión de aplicar el ancla cambiaria por parte de la autoridad monetaria, para contener la inflación, llegó en un mal momento, a nivel global.

 

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