¿Decisión acertada o censura?: Spotify sacó de sus listas a un artista acusado de abuso sexual
Edición Impresa | 14 de Mayo de 2018 | 03:59

Spotify, la principal plataforma de transmisión en línea de música, anunció la semana pasada que retirará de sus listas de reproducción las canciones de R. Kelly, tras un llamado del movimiento Time’s Up a cortar lazos con el cantante estadounidense acusado de abuso sexual.
La decisión representa la primera vez que se aplica la nueva política de Spotify, que estipula la posibilidad de que la conducta de un artista pueda provocar cambios en la manera en que la plataforma promueve sus contenidos como una forma de combatir los contenidos de odio y violentos.
La firma señaló en un comunicado que no tolera contenidos que promocionen, defiendan o inciten el odio y la violencia hacia personas por su raza, religión, identidad de género, sexo, etnia, nacionalidad, orientación sexual, discapacidad o estatus de veterano. En ese sentido, Spotify anunció que trabaja con grupos de derechos civiles, entre ellos la Liga Antidifamación, y que ha desarrollado una herramienta, “Audiowatch”, que identifica los contenidos considerados “de odio” según “registros internacionales específicos”.
“Cuando un artista o creador hace algo que es particularmente dañino u aborrecible (por ejemplo, violencia contra niños y violencia sexual), eso puede afectar las maneras en que trabajamos con ellos o los apoyamos”, dijo un portavoz del servicio sueco de streaming.
Los usuarios tanto de la versión gratuita como la paga de Spotify podrán seguir encontrando la música de R. Kelly en el servicio. Sin embargo, el artista no aparecerá más en las listas de reproducción curadas por la plataforma o en las recomendaciones generadas por algoritmos, lo que repercute monumentalmente en la cantidad de escuchas que recibirá Kelly.
“No censuramos el contenido por la conducta de un artista o creador, pero queremos que nuestras decisiones editoriales -lo que escogemos para programar- reflejen nuestros valores”, añadió el vocero.
R. Kelly, cuyo nombre verdadero es Robert Sylvester Kelly, es acusado desde hace años de abusar sexualmente de mujeres jóvenes y menores de edad, pero nunca ha sido condenado.
El cantante y productor de 51 años, autor del hit “I Believe I Can Fly”, fue imputado por pornografía infantil en 2002, pero fue exculpado en 2008.
Según un reporte de BuzzFeed publicado el pasado julio, Kelly también es acusado de retener a seis mujeres en condiciones de virtual esclavitud en sus casas de Chicago y Atlanta, aunque los alegatos, que el artista niega, no han provocado su imputación.
Además, la policía de Dallas (Texas, sur) abrió una investigación en abril por señalamientos de que Kelly infectó a una mujer de 19 años de una enfermedad de transmisión sexual sin haberla prevenido de que él era portador.
A finales de abril, el movimiento Time’s Up, creado tras la cascada de acusaciones por acoso sexual contra varios hombres poderosos en distintos ámbitos, exigió la investigación de todas esas acusaciones. La organización también llamó a los grandes actores de la industria musical a cortar lazos con el artista.
Sin embargo, el principal problema en la decisión de Spotify reside en el hecho de que las causas contra Kelly, a pesar de ser aberrantes y en gran cantidad, no han sido probadas.
El segundo debate que provocó la decisión de la plataforma musical más influyente del mundo es en torno a la cuestión de la censura: ¿implica un acto de censura la decisión de Spotify? Las respuestas varían: por un lado, Kelly y los artistas alcanzados por la medida seguirán estando disponibles en la plataforma, solo que Spotify no los promocionará a través de sus influyentes listas de reproducción; por otro, muchos señalaron que se trata de un terreno peligroso. “Muchas bandas han sido acusadas de malos comportamientos, pero no están siendo atacados como R. Kelly, y aunque encuentro su comportamiento aberrante, no ha sido condenado en una corte”, dijo Don Gorder, presidente del departamento de industria musical en el Conservatorio de Berklee, y lanzó que “Spotify creó un estándar moral pero ¿cuál es? ¿Dónde está la línea?”.
Esa línea asoma particularmente borrosa si se tiene en cuenta que son numerosos los artistas acusados y condenados por delitos sexuales que figuran en las famosas playlists de Spotify, desde raperos como Rich the Kid y 6ix9ine a Gene Simmons, Dr Dre o James Brown.
Ni hablar del supuesto “contenido violento” de las letras: un veloz repaso por las numerosas playlists del servicio muestra en varias a Eminem, dueño de letras como la que expresa en “Just Don’t Give a F**k”, donde afirma que “fui al vestuario en octavo grado y violé al equipo de natación femenino”...
La plataforma, de todos modos, reconoce que se ha metido en terreno pantanoso y afirma que las nuevas medidas necesitan tiempo para evolucionar.
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