“Cactus orquídea” La más bonita historia, como una muñequita rusa
Edición Impresa | 2 de Mayo de 2018 | 04:13

María Virginia Bruno
vbruno@eldia.com
“El ensamble orgánico” cerró el domingo el ciclo que en el Coliseo Podestá mostró lo más destacado de la cartelera off porteña. Y lo hizo con la obra de una de sus integrantes, Cecilia Meijide, poéticamente titulada “Cactus orquídea”, bajo su dirección.
El nombre, de entrada, genera gran curiosidad. No muchos saben que se trata de una planta que florece una vez al año, en verano, muy popular debido a la belleza de sus flores rojas. Pero la obra no camina por el lado de la botánica, aunque la roza, con pinceladas delicadas.
Como una muñequita rusa, la historia de “Cactus orquídea” va creciendo a medida que van asomando otras historias, contadas por personajes que parecen estar sobreviviendo en un mundo en el que el vivir los ha golpeado.
Hilvanados por sentimientos grises, entre soledades, abandonos y ausencias, las criaturas, que se multiplican en los cuerpos de cinco actores versátiles que mutan de acción en acción, se trazan como esos pequeños detalles a los que la velocidad y voracidad de la globalización en la que habitamos nos lleva a dejar en el camino.
Sensible y delicada, la bonita historia de Cecilia Meijide no podría haber sido mejor contada, a través de un dispositivo escénico de madera del que brotan los símbolos escenográficos que ubican al espectador en tal o cual situación.
Los actores, además de poner el cuerpo al relato en primera persona que la historia protagonista cuenta, entran y salen de la escena, cuando no están “en la escena”, llevando y trayendo elementos, siendo a su vez y también parte “de la escena” con intervenciones, a veces hilarantes, que sorprenden al público.
Por ahí, precisamente, radica el otro gran logro de esta obra que nos habla de esas cosas que muchas veces no queremos escuchar desde la sutileza de una dosis justa de humor para que la bajada de la información amaine.
Con actuaciones de Ignacio Bozzolo, Lucas Avigliano, Laila Duschatzky, María Estanciero y Gastón Filgueira Oria; escenografía de Javier Drolas y Soledad Ruiz Calderón; iluminación de Santiago Badillo; objetos de Mariana Meijide; música original de Guillermina Etkin; y asistencia de dirección de Lucila Frías; “Cactus orquídea” pasó por La Plata como una de esas obras que, bienvenidas, nos atraviesan la coraza.
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