Maduro se proclamó reelecto con 67,7% de los votos, pero la oposición impugnó el proceso

Mientras el presidente Nicolás Maduro proclamó anoche su reelección en Venezuela con “récord histórico” de 67,7% de los votos (sacándole 47% al segundo candidato), el aspirante independiente Henri Falcón desconoció categóricamente el proceso electoral y reclamó nuevas elecciones en el país en el menor plazo posible.

En una rueda de prensa, Falcón expresó que no puede avalar una elección cuando la autoridad electoral fue incapaz de contener a un gobierno abusivo y otros elementos que son perturbadores de la elección, pese a avalar un acuerdo entre las partes.

La totalidad del proceso “tiene serios cuestionamientos de nuestra parte” y “sin duda alguna carece de legitimidad el mismo y en tal sentido nosotros desconocemos este proceso electoral categóricamente y yo asumo la responsabilidad de lo que estoy diciendo”, acotó Falcón.

Dijo además que la abstención impulsada por la alianza opositora “dejó atrás una posibilidad de encarrilar la tragedia que vive Venezuela” e incrementó la eficiencia a “la trampa de un gobierno que está acostumbrado a esto”.

Falcón también acusó a Maduro de violentar la normativa de votos mediante su ofrecimiento de premiar monetariamente a los beneficiarios de los programas sociales del gobierno y promover el uso del llamado “carnet de la patria” entre los votantes y hacer que algunos electores firmar una lista del Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV).

Los comicios -en los que Maduro iba por la reelección- estuvieron marcados por una modesta afluencia, boicoteados por la oposición y desconocidos por gran parte de la comunidad internacional.

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En el transcurso de la votación, para la que fueron llamados 20,5 millones de electores, muchos colegios estuvieron semivacíos, con mayor afluencia en los barrios populares bajo influencia chavista. El experto electoral Eugenio Martínez proyectó una participación de 42% que, con la extensión de la votación, subiría a 48%.

No obstante, Delcy Rodríguez, del comando de campaña de Maduro, aseguró que hubo una “masiva” participación. “Salieron derrotados los extremistas”, celebró.

La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) promovió la abstención al boicotear un proceso que consideró una “farsa” para perpetuar a Maduro en el poder. Pero Falcón había roto con la MUD para candidatearse.

El Frente Amplio, que agrupa activistas de la MUD y organizaciones sociales, pidió a Falcón y al también candidato Javier Bertucci “desconocer” un resultado que “ya está cocinado”.

Con una oposición dividida y sus principales líderes inhabilitados o presos, y con un vasto poder institucional con los militares al frente, Maduro tenía según analistas casi seguro su segundo mandato de seis años, que comenzará en enero de 2019 pues los comicios fueron adelantados.

Venezuela ha vivido en el gobierno de Maduro una de sus peores crisis: el FMI estima la caída del PBI en 15% y la hiperinflación en 13.800% para 2018. El país y la petrolera estatal PDVSA fueron declaradas en default parcial en 2017, y la producción de crudo cayó al peor nivel en tres décadas.

EE UU, Canadá, la Unión Europea (UE) y una docena de países latinoamericanos -entre ellos, Argentina- sostienen que la elección no ha sido justa ni transparente y acusan a Maduro de socavar la democracia. Casi todo el círculo de Maduro está sancionado por la UE y Washington, que amenaza con un embargo petrolero.

UN POCO DE HISTORIA

Tras el fallecimiento Hugo Chávez en marzo de 2013, Maduro -ungido por el propio líder bolivariano como su sustituto- gana las presidenciales el 14 de abril con 50,62% de votos, apenas 1,5 puntos arriba del opositor Henrique Capriles, quien impugnó, sin éxito, el escrutinio.

En 2014, liderada por Leopoldo López, la oposición realiza marchas para exigir la salida de Maduro, con un saldo de 43 muertos. López es detenido en febrero de ese año y condenado en 2015 a casi 14 años de prisión, acusado de llamar a la violencia en las protestas. En agosto de 2017 quedó bajo arresto domiciliario. Los precios del petróleo, que generan 96% de las divisas, cayeron a menos de la mitad, agravando una fuerte escasez de alimentos y medicamentos.

En febrero de 2015, el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, acusado de conspirar contra el gobierno, es encarcelado. Poco después pasa a arresto domiciliario y en 2017 huye a España. En marzo, Washington impone las primeras sanciones contra funcionarios venezolanos a los que acusa de violar los derechos humanos.

En diciembre, en medio de un agravamiento de la crisis, la coalición opositora MUD asesta al chavismo la mayor derrota electoral de su historia, al ganar la mayoría calificada del Parlamento.

Apenas la oposición asumió su control en enero de 2016, el Legislativo fue declarado en desacato y sus decisiones nulas por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). En casi todo 2016, la oposición intentó revocar el mandato de Maduro -de seis años- mediante un referendo, y organizó marchas para exigirlo. Pero el poder electoral y la justicia -acusados por la oposición de servir a Maduro- lo frenaron, alegando fraude en la recolección de firmas para solicitarlo.

El TSJ se atribuyó facultades del Parlamento y el 1 de abril de 2017 estallaron protestas que dejaron 125 muertos en cuatro meses. Poniendo fin a las marchas, el 30 de julio se realizó la cuestionada elección de una Asamblea Constituyente con poder absoluto y totalmente oficialista, que sustituyó en la práctica al Parlamento y no fue reconocida por varios gobiernos. Ante una oposición fracturada, la Constituyente decidió en enero pasado adelantar las presidenciales para el 22 de abril, fecha que luego se cambió para el 20 de mayo. (AFP, AP y EFE)