Cuando la rutina se vuelve miedo entre las paredes de la propia casa
Edición Impresa | 25 de Mayo de 2018 | 02:28

La casa de 119 entre 65 y 66, donde el miércoles a la noche ingresaron los cuatro delincuentes. No trascendió cómo se colaron en la propiedad, pero se las ingeniaron para hacerlo sin levantar sospechas en el barrio.
Ataron a una jubilada, su yerno y el nieto y hasta amenazaron con herir al niño si no les entregaban lo que habían ido a buscar: dinero.
Sustrajeron una suma en efectivo, aunque no trascendió el monto, además de otros objetos de valor.
No se sabe en qué escaparon.
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