Un proyecto inspirado en Justina, la nena que murió esperando un corazón

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Justina Lo Cane falleció en noviembre del año pasado mientras esperaba un corazón para ser trasplantada. Tenía 12 años y su caso conmovió al país entero.

Durante sus últimos días Justina le había manifestado a sus padres su intención de impulsar una ley para fomentar la donación de órganos.

La nena estaba internada en la Fundación Favaloro a la espera de un corazón que finalmente no apareció, y su familia la despidió con una carta: “No podemos parar de llorar, se nos fue el sol”.

Desde muy temprana edad, a Justina le habían detectado una cardiopatía que podía agravarse con los años; el 7 de septiembre pasado entró de urgencia a terapia intensiva y dos días después, cuando todos sus órganos se descompensaron, la joven tuvo que ser conectada a un ECMO -soporte cardíaco y respiratorio-, mientras aguardaba en emergencia nacional un corazón para el trasplante.

Su familia promovió una campaña bajo el eslogan “Multiplicate x 7”, que apuntaba a visibilizar la capacidad que puede tener un cuerpo de salvar otras vidas.

“Por múltiples factores que afectan al sistema de salud argentino, nunca llegó la salvación para ella. Todos los que vivieron una situación igual lo saben. El sistema nunca juega a favor de los pacientes”, advirtió la familia en la carta.

 

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