Todos, todxs o todes: ¿los cambios en el lenguaje nos hacen más inclusivos?

Cada vez más personas evitan el uso del género gramatical masculino como genérico y lo reemplazan por @, x o e, visibilizando lo femenino y diverso. Las experiencias y las opiniones a favor y en contra

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Lucrecia Bibini y Valeria Natalia Sanchez

historiasplatenses@gmail.com

Para algunos sectores de la sociedad “todos” dejó de representar, permítase la redundancia, a todos. Es que cada vez más personas rechazan el uso del género gramatical masculino para nombrar a varones y mujeres bajo el argumento de que ha sido impuesto por instituciones como la Real Academia Española (RAE), que reglamenta el lenguaje invisibilizando a mujeres y transgéneros.

Estos cambios son impulsados por colectivos que crearon alternativas de lenguaje inclusivo como la utilización del @, la x, la e o la mención de “todos y todas”, que llegan a utilizarse en simultáneo pero que no significan lo mismo: una cosa es hablar con el @, con la x o con la e, y otra es decir “todos y todas”, ya que esta última –explican– no sale del binarismo varón-mujer.

Así, los avances del feminismo en la conquista de derechos en salud, educación y trabajo, acompañados por las leyes de identidad de género y de matrimonio igualitario, generaron cambios en el lenguaje, nuevas formas de nombrar que buscan darle protagonismo a la diversidad de géneros que habitan lo humano. Pero, ¿qué significa utilizar la x, el @ y el todos y todas? ¿Usar lenguaje inclusivo nos hace más inclusivos?

LA EXPERIENCIA EN LAS INSTITUCIONES

A poco tiempo de iniciado el ciclo lectivo, la mayoría de los alumnos de primer año de la escuela secundaria “Vientos del Sur” (Villa Elisa) utilizaban el lenguaje inclusivo al hablar. Esto sorprendió a la directora, Jaqueline Carreiras (32), no por la iniciativa sino por la velocidad con la que sucedió. Es que hace seis años que, por su actividad académica y militancia feminista, incorporó el lenguaje inclusivo a su escritura y al habla, llegando a escribir un comunicado para el inspector de enseñanza en el que justificaba el uso del @.

Y como el lenguaje es escucha y práctica, sus alumnos también se lo están apropiando. Octavio (13), que cursa el 2° año de secundaria, cree que “si desde un lugar de poder, por ejemplo, un Presidente o director de escuela utilizara el lenguaje inclusivo, uno se replantearía algunas cosas”.

Para Jaqueline, quienes están a favor del lenguaje inclusivo lo incorporan en algún ámbito de su vida y quienes están en contra, reniegan de los cambios: “Hay personas que hasta le genera violencia escucharte decir todes. Con quienes hay que trabajar es con les adultes”, dice.

Y agrega: “Nosotres siempre dejamos en claro que los chicos y las chicas no están obligades a usar este lenguaje y lo aclaré un montón de veces. Si esto partiera de una imposición perdería todo sentido porque estaríamos cayendo en la misma lógica de la que renegamos”, explica Jaqueline.

Hasta el momento, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) no incorporó el lenguaje inclusivo en sus sitios web, comunicados o redes sociales, pero hay facultades que ya empezaron a dar sus primeros pasos, como es el caso de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales.

Trabajadora no docente de la Unidad de Comunicación, Lucía Ana Florio, explica que si bien no hay una directiva institucional, “incorporamos el uso del los/las en la medida de lo posible, en publicaciones en las que ese lenguaje no choque, como en alguna nota de extensión. Y siempre mantenemos la utilización del lenguaje inclusivo para la comunicación interna”.

Por su parte, desde la Facultad de Trabajo Social plantearon que el uso de un lenguaje inclusivo con x o con @ dificulta la digitalización de los textos para las personas con discapacidad visual: “Desde la Biblioteca nos encargamos de adaptar los textos en formato digital para las personas con discapacidad visual. El lector de pantalla lee textual y se complica si hay una x o un arroba en el medio”, explica la bibliotecaria de la institución.

¿Qué pasaría si la Municipalidad de La Plata cambiara su actual slogan por “Juntes en todas”? El secretario de la Subsecretaría de Comunicación al Vecino, Matías Menestrina, asegura que sería todo un desafío: “Creemos que tenemos que ampliar nuestra mirada sin cambiar radicalmente las normas del lenguaje y sin dejar afuera a nadie”.

Menestrina explica que no se puede presuponer que la sociedad entienda este lenguaje. “Utilizamos el los/las cuando se tiene un receptor guiado. Después hay palabras como secretaria o directora que se nombran acorde al sexo”, agrega.

LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS

Especialistas en la materia sostienen que no hay que confundir género gramatical con género sexual: “El sexismo, el machismo, no es lingüístico sino social y cultural. Podemos utilizar el lenguaje de un modo sexista o machista, pero eso no implica que el sistema de la lengua lo sea”, explican Rosana Pascual y Lucía Alabart Lago, lingüistas y docentes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP.

Pascual y Alabart Lago plantean que si el sexismo está en la lengua y por eso habría que modificarla, entonces qué sucede en el caso de lenguas como el inglés, en las que no hay diferencias entre el artículo femenino y el masculino, ni flexión de género en los adjetivos. “¿Deberíamos suponer entonces que en las sociedades de habla inglesa no hay discriminación o machismo? De ninguna manera. ¿Esto implicaría que modificar la lengua implica modificar la sociedad? No lo creemos”, dicen.

SIN ECO EN EL MUNDO EDITORIAL

Un recorrido por librerías platenses muestra que el mundo editorial es ajeno al uso de lenguaje inclusivo, con excepción de algún autor.

Los libreros consideran que “es algo muy nuevo” y que son las pocas publicaciones que incorporan el uso de la x o el @. Entre los libros de autoayuda y superación personal, “El libro de las relaciones” de la astróloga Mía Astral (María Pineda, 2017), editado por Planeta, está escrito con @ para designar tanto al masculino como al femenino. Pero el resto de las publicaciones de Planeta no cuentan con esta opción, lo que muestra que es una decisión de la autora o editor.

En La Plata, Ediciones de la Caracola, editorial independiente y autogestiva integrada por mujeres, utiliza ese lenguaje. “Creemos en los libros libres y en formas de edición comunitarias, horizontales e inclusivas”, argumentan. Entienden que la problemática de género va más allá del lenguaje escrito, pero que es importante impulsar el cambio desde el lenguaje: “La lengua es parte de nuestras costumbres e historia y es también un vínculo con nuestras formas de comprender y nombrar el mundo”, aseguran.

 

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