Los históricos salvaron el pellejo, aunque lo de 2002 estuvo muy cerca

La Selección argentina logró, con lo justo, lo que se esperaba con mucha ilusión en Rusia más allá de los contratiempos que existieron después de la mala performance ante Croacia, que destapó una olla con peleas internas y discrepancias entre plantel y cuerpo técnico.

Por suerte, el equipo no repitió la historia de hace 16 años en el Mundial de Corea-Japón, bajo el mando de Marcelo Bielsa, cuando el equipo se quedó en la puerta de octavos de final, mirando como Croacia y Nigeria se metían en la siguiente ronda.

En aquella ocasión, el equipo comenzó venciendo al mismo conjunto africano por 1 a 0, cayó ante Inglaterra y empató ante Suecia, quedando eliminado pero sin hacer ningún papelón en el medio. De todos modos, esa performance fue rotulada como un fracaso. Suecos e ingleses se meterían en la siguiente fase con apenas cinco unidades cada uno.


Claro que en aquel Mundial podía esperarse más, ya que la Selección no llegó a la Copa por la ventana como sí lo hizo en este presente torneo. De la mano de Bielsa, la albiceleste había ganado la Eliminatoria de punta a punta, con 43 unidades y dejando atrás a Ecuador, que lo siguió con apenas 31.

Hoy y si bien no podía esperarse mucho debido a los desbarajustes que como pirámide invertida bajan desde la dirigencia política, pasando por AFA y llegando hasta el plantel, el fútbol le dio una oportunidad a esta generación que llegó a la final del Mundial pasado y estuvo muy cerca de ganarlo.

Tras una semana muy dura, los históricos pusieron la cara y lograron meterse en octavos donde Francia espera.

 

 

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