UN PUEBLO Y UNA ILUSIÓN: ¡GANEN POR ELLOS!
| 26 de Junio de 2018 | 09:14

El fútbol argentino está a punto de enfrentar uno de los mayores desafíos de los últimos años. Aunque hay que saber separar las cosas: se trata de un deporte, por lo que no está en juego la vida de nadie. La ilusión, el sentimiento, la pasión y ese fuego sagrado que tanto nos caracteriza sí se tirarán adentro de la cancha y durante 90 minutos nuestros jugadores deberán empezar a "jugar" el Mundial para no ser parte de otro capítulo amargo en lo que a lo deportivo se refiere.
Tenemos al mejor jugador del mundo. Es un regalo que sea argentino, pero la Selección no supo aprovecharlo. O, quizás, él nunca supo ponerse el traje de héroe para levantar una Copa del Mundo. No es hora de análisis mezquinos y poco profundos, es tiempo de mirar hacia adelante. Y adelante está Nigeria, lo tenemos frente a nuestras narices. La Selección tiene un compromiso histórico y debe estar a la altura. Miles y miles de hinchas argentinos están en San Petersburgo alentando a un plantel vapuleado y atravesado por rumores tras el papelón del 3 a 0 frente a Croacia. Otros tantos millones estarán detrás de las pantallas sufriendo, gritando, insultando y maldiciendo, pero llenos de fe, esperando poder gritar uno, dos, tres goles, los suficientes para no despedirnos y volvernos de Rusia con una valija cargada de frustraciones. Porque quedar afuera del Mundial en primera ronda sí es un fracaso.
A las nuevas generaciones, aquellas que no superan los 20 años de edad, le brillan los ojos cuando ven jugar a Lío. Lo disfrutan viéndolos por TV con la camiseta del Barcelona y tienen todos los modelos de la azulgrana con el 10 estampado. También son fanáticos del Kun, Pipita o Di María, pero el boom Messi es demoledor. Por eso quieren que ese ídolo del Viejo Continente también brille con la celeste y blanca en Rusia. Aquellos contemporáneos a Maradona les cuentan las guerras ganadas dentro del campo de juego en las Copas del Mundo, y no pueden evitar compararlos. Pero en su interior saben -y quieren- que Messi hoy se ponga el traje del mejor del mundo.
Atrás hay un pueblo cargado de ilusiones. Atrás hay un pueblo con la esperanza intacta. Atrás hay un pueblo que confía en que el astro mundial se ilumine, pero también que el resto lo acompañe en esta batalla cuerpo a cuerpo con los africanos. Es una pelea difícil, pero no imposible. Y si Messi es el "Dios" del fútbol, pues entonces para Argentina nada será imposible. Es hora de salir a la cancha y ganar por el pueblo. Entonces salgan, dejen todo y ganen.
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