Por el alza del dólar se paralizan las ventas de los modelos premium

En el primer semestre las principales marcas cayeron 5%, pero se estima que en junio y julio la incidencia sea aun mayor

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En los últimos dos meses y a partir de la fuerte suba del dólar, la situación del mercado automotriz argentino se transformó radicalmente. Por un lado las ventas de autos en general cayeron un 18 por ciento, según los datos de Acara, la cámara que agrupa a los concesionarios de vehículos.

Pero si para las marcas generales, la situación es complicada, para los modelos premium que vivieron una verdadera primavera en el primer semestre, las condiciones variaron radicalmente con la suba de más del 50 por ciento en el dólar.

Así los concesionarios de marcas premium, que pensaban tener un 2018 récord, con más patentamientos y mayor participación en el mercado argentino de repente todo varió radicalmente.

Según relatan voceros de Acara no sólo se fueron paralizando algunas operaciones que se habías insinuado como firmes, sino también se cancelaron compras ya realizadas.

Es más se anticipa para el segundo semestre datos muy complicados.

Es que si hasta hace un par de meses la compra de estos modelos con el dólar atrasado resultaba una fuerte tentación, ahora la suba del dólar los convierten prácticamente en un sueño inaccesible.

Así, quienes tienen pesos en la mano se encuentran con que difícilmente llegan a financiar la compra de un vehículo premium. Mientras que muchos de los potenciales compradores que tienen dólares, prefieren no tomar decisiones y guardarse los billetes hasta que el panorama aclare. Y esto se está notando en las estadísticas.

BRUSCO CAMBIO

Si se toman como referencia las marcas de alta gama más importantes, como Audi, BMW y Mercedes Benz, e incluyendo otras que en los últimos meses han crecido con fuerza como Volvo, Jaguar, Land Rover, Porsche, Alfa Romeo o Mini se observa que las ventas desde enero y hasta el 10 de julio de 2017 habían totalizado algo más de 10.000 unidades.

Este año, comparando el mismo período, las operaciones sumaron algo más de 9.800 vehículos.

Es una baja de alrededor de 5%, pero que se profundizó en los últimos dos meses, desde la drástica devaluación del peso.

Según estas misma estimaciones en junio se habían vendido un 30% de unidades menos respecto al año anterior y ya en julio los datos preliminares arrojan una caída aún mayor.

Por marca en el año Mercedes Benz arrastra una caída de 10%; en el caso de BMW es del 18%; Alfa Romeo retrocedió un 56%; Volvo, un 8% y Porsche un 53 por ciento, sólo por citar algunas de las marcas más populares en el mercado argentino.

Eso hizo que las distintas marcas comenzaran a barajar y dar de nuevo respecto a las perspectivas del mercado argentino y si la caída llegó para quedarse o es apenas una situación coyuntural.

Sucede que el riesgo es quedarse con gran stock en las distintas concesionarias, porque se transformaron drásticamente las condiciones del mercado.

Según Dante Alvarez, presidente de Acara, “los concesionarios tenemos hoy un nivel de stock que es el mas alto de la historia, debido a la gran oferta de modelos, y a una demanda que se ha vuelto escasa y selectiva, y es algo que tenemos la necesidad imperiosa de solucionar”.

Por lo pronto están tratando de obtener del Gobierno algún guiño impositivo para no recibir todo el quebranto de golpe.

Al mismo tiempo se busca que los precios se mantengan por debajo de los 1.250.000 pesos para evitar caer en el sector de mayor tributación.

Ya que pasado ese límite, el valor de venta al público se dispara un 25% por efecto del gravamen, sacando aun más a los vehículos premium de las posibilidades de los compradores. En otra marca premium también reina la preocupación: algunos modelos ya pasaron el límite de impuesto y otros están a un paso.

Esperan que el dólar no siga subiendo, ya que esto provocaría que todos el portafolio reciba el castigo tributario.

Desde una firma europea aseguraron que las operaciones están “casi paralizadas” porque, además del dólar, impactaron otras cuestiones como las vacaciones de invierno o, incluso, el Mundial de Fútbol, dado que muchos clientes tradicionales usaron sus dólares para viajar a Rusia. Sin embargo, más allá de estas variables, no creen que el mercado recupere los niveles de venta que se venían dando. Así, como el resto del mercado en general, pronostican un cierre con fuertes caídas.

 

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