El servicio eléctrico ha sido para nosotros un calvario

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“En estos diez años el servicio eléctrico ha sido para nosotros un calvario -cuenta Paola Aguilar, la mamá de Dante (10), quien por una parálisis cerebral depende de una bomba eléctrica para vivir-. Más allá de que siempre nos llegaron facturas desproporcionadas y que varias veces han venido a cortarnos la luz sin aviso previo por no poder pagar, hemos llegado a estar sin servicio durante días y tener que salir con el nene corriendo a la casa de mi mamá. Y eso implica no sólo cargar con mi hijo y los equipos, sino también con un montón de medicación costosísima para que no se eche a perder. Recién después de mucho tiempo de vivir con el corazón en la boca, este año conseguimos que la empresa nos diera un grupo electrógeno, como dice la ley, y fue gracias a una medida judicial”.

 

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