Los mejores tipos de luces

Una estancia para cada uso y una luz para cada habitación. Iluminar su hogar de un modo práctico y decorativo no es tan complicado. Sólo necesita conocer algunos trucos para que su casa se transforme en un oasis de luz y originalidad.

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Halógenos, fluorescentes, lámparas orientables, todos estos artefactos han sido creados para hacernos la vida más fácil. Con su ayuda, una habitación puede adecuarse perfectamente al uso que pretendemos darle. Unos sencillos trucos bastarán para que, una vez concluida la tarea, el resultado parezca creación casi divina.

Los expertos señalan que existen tres modalidades fundamentales de iluminación. La primera es la genérica, que consiste en una luz potente que nos hace ver la estancia al completo. La segunda sería la luz de ambiente, que es más tenue y suave, mientras que la iluminación específica, la tercera que mencionan, consiste en centrarse en puntos concretos mediante focos de luz directos.

Sabiendo esto, sólo falta ponerse manos a la obra. El primer reto está en el salón. Un espacio grande ofrece una gran cantidad de posibilidades. En este caso, la lámpara del techo es un elemento imprescindible pues aporta una iluminación global.

Además, esta solución puede complementarse con un toque de diseño. “Los salones de dimensiones generosas facilitan la colocación de lámparas en suspensión espectaculares, que acentúan el estilo decorativo elegido”, aconsejan los especialistas.

Una vez colocada la lámpara, el objetivo es crear diferentes ambientes a través de las luces. En este sentido lo que se recomienda es dirigir haces de luz específicos hacia el cuadro principal de la estancia o hacia la librería que quiera destacar.

UN RINCÓN PARA LA LECTURA

Una lámpara de pie orientable puede ser una buena opción para ese hueco que queda junto al sofá. Se trata de un elemento que permite crear un espacio ideal para la lectura en uno de los rincones más cómodos de la casa.

La televisión se ha convertido en un electrodoméstico indispensable en cualquier salón o sala de estar. Es fundamental que las fuentes de luz estén colocadas de tal manera que no proyecten reflejos en la pantalla.

La mesa del comedor, ya se encuentre dentro del salón o en una estancia aparte, también debe contar con el tipo de luz que haga de la hora de la comida un momento agradable y en la que nos podamos ver bien las caras.

Para evitar que la lámpara deslumbre, los expertos proponen colocarla a unos 75 centímetros sobre la mesa y elegir un modelo en el que las lamparitas queden ocultas. De este modo se evita deslumbrar a los comensales mientras que los alimentos siguen recibiendo una luz directa.

Pero, lamentablemente, antes de sentarse a disfrutar de los alimentos, hay que prepararlos. Para ello es fundamental que la cocina esté bien iluminada.

MUCHA LUZ

Entre fogones, los tubos fluorescentes son una de las alternativas más adecuadas. “Se gana en calidad y en cantidad de luz”, afirman interioristas y señalan que los fluorescentes suelen ser la mejor de las opciones, debido a que por su bajo consumo eléctrico se amortizan rápidamente.

Pueden colocarse en el techo o bien sobre la zona donde más se vaya a trabajar, aunque también pueden combinarse de las dos maneras.

Dejando la cocina buscamos el cuarto de baño. Las bombillas halógenas, que despiden una luz blanca y brillante, están especialmente indicadas para estos menesteres. Pueden orientarse hacia un punto determinado y, según los expertos, suelen durar entre dos mil y cuatro mil horas.

Llegados a este punto, es necesario huir de los tópicos. Colocar una luz sobre el espejo resulta contraproducente. De esta manera se crean sombras que desdibujan el reflejo, algo que se evita si los focos son laterales.

Cuando el salón, la cocina y el cuarto de baño tiene la iluminación a punto, es hora de pasar al dormitorio.

En este ambiente se recomienda utilizar una fuente de luz general que no sea demasiado brillante y complementarla con otras fuentes auxiliares, como lámparas para las mesitas de noche, o apliques junto a los cabeceros de la cama.

Son ideas sencillas y prácticas para dotar a cada espacio de un ambiente propio.

A la hora de acometer la decoración del hogar, muy pocas personas conceden importancia a la luz, sin embargo, una buena iluminación creará la atmósfera propicia para que cada detalle brille con luz propia.

 

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