¿Era necesario?: Oriana y Paulo, amor photoshopeado y polémica

¿Qué pasa cuando el editor de fotos Photoshop deja de ser un recurso utilizado para minimizar impurezas y pasa a modificar la esencia de lo que se ve? La polémica estuvo en auge la semana pasada con el caso Wanda Nara, y ahora resurgió a partir de otras imágenes de famosos, también en la playa: Paulo Dybala y Oriana Sabatini.

¿Qué se les puede “mejorar” a dos personas conocidas por su belleza y su juventud? A simple vista pareciera que nada, aunque los retoques siempre son posibles.

Así lo dejaron en claro en el programa “Nosotros a la mañana”, donde compararon la portada de una conocida revista de la farándula con la toma original.

En un análisis detallado, los panelistas del ciclo que conduce Fabián Doman notaron algunas diferencias entre la misma foto del futbolista y su novia cantante, de 24 y 22 años respectivamente.

A los dos se los ve en traje de baño en medio de su mini “luna de miel” por Grecia: hace poquito blanquearon su romance. Por supuesto, además de en las revistas, las imágenes se viralizaron en las redes sociales.

Mariano Caprarola, panelista del envío, precisó el primer contraste: en la foto original a Oriana se le marcaba un pezón, y en la imagen retocada digitalmente no se le veía.

La segunda diferencia es que a la cantante se le notaba la etiqueta del corpiño, algo que no aparecía en la de la revista ¡Hola!.

Hasta ahí, nada grave. El tema fue que también se veían diferencias en el ombligo: en la revista está “el pupito adentro”, según palabras de Doman. Mientras que en la de Pronto, afuera.

Por último, se notaban la diferencia en el color y rigidez del abdomen de Oriana Sabatini, estilizado en ¡Hola! y al natural en Pronto. Algo parecido a lo que se veía en Dybala, al que le afinaron una “panza” apenas incipiente.

En el mismo programa, la panelista Lucía Rubio cuestionó el aspecto de Sabatini, con un dejo de malicia: “Oriana, para la edad que tiene, no me parece el cuerpo que tiene. Es hermosa, pero en las fotos de Instagram es una cosa y ahí (en la revista) es otra”.