Viaje al corazón de Hogwarts

Adentrarse en el mundo mágico de J.K. Rowling es posible gracias a los estudios de la Warner en Leavesden, al norte de Londres, donde se rodaron las ocho películas de la saga, y donde los seguidores de Harry Potter pueden visitar los sets reales que recrearon el colegio de magia y contemplar objetos que ya son auténticas reliquias para los fans.

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Desde que abrió sus puertas en marzo de 2012, ‘The Making of Harry Potter’ se ha convertido en visita obligada para todos los seguidores de las aventuras del mundo mágico creado por J.K. Rowling, y el tour guiado por los estudios de la Warner en Leavesden, al norte de Londres, en los que se rodaron las ocho películas de la saga, es una de las atracciones turísticas mejor valoradas del Reino Unido.

Una experiencia única para adentrarse en el corazón del universo mágico que ha cautivado a cientos de millones de seguidores en todo el mundo: desde el Gran Comedor original, construido para la ‘Harry Potter and The Philosopher’s Stone’, hasta otros lugares emblemáticos del Colegio Hogwarts, como el despacho de Dumbledore o la Sala Común de Gryffindor.

TODO LO QUE SE MUESTRA SE HA UTILIZADO EN LA SAGA

Desde su apertura, más de 9 millones de visitantes han pasado por los estudios en los que, durante una década, se rodaron las películas de la saga Harry Potter y han podido descubrir la magia de los efectos especiales y explorar los secretos de las escenas de la serie.

Entre otros decorados se pueden contemplar, el de Diagon Alley, el andén 9 ¾, con la locomotora del Hogwarts Express, o el Bosque Prohibido, además de los trajes y accesorios empleados en el rodaje de las ocho películas que componen la saga, o la impresionante maqueta del castillo que alberga la escuela de magia.

“Lo que hace que el tour sea tan especial es que todo lo que se muestra ha sido utilizado en la realización de la serie de películas. Todo los decorados, objetos y vestuario son auténticos y muestran los increíbles detalles y la artesanía que acompaña a la producción cinematográfica”, comenta Sarah Roots, vicepresidenta de Warner Bros. Studio Tour London, en la presentación de la atracción.

“Todas las películas fueron filmadas en Leavesden, así que es maravilloso haber dado a los decorados un hogar permanente aquí”, explican desde los estudios, que no han dejado de incorporar nuevas actividades a la atracción.

Desde el pasado 31 de marzo, y hasta el próximo 23 de septiembre, el gran protagonista es el Cáliz de Fuego, que vuelve al Gran Comedor de Hogwarts por primera vez desde que concluyó el rodaje, para mostrar los efectos especiales empleados para que el cáliz mostrara el nombre de los campeones en el ‘Torneo de los Tres Magos’ de la cuarta entrega de la serie.

El Cáliz de Fuego es uno de los objetos más apreciados de la saga, y se exhibe junto a una nueva muestra de objetos, vestuario y escenarios del ‘Torneo de los Tres Magos’, como parte de la muestra ‘Harry Potter and the Globet of Fire’, uno de los eventos más destacados de este año en ‘The Making of Harry Potter’, que concluirá con el regreso de ‘Hogwarts in the Snow’, a partir del 17 de noviembre, después de la celebración de Halloween con ‘Dark Arts’ (artes oscuras), desde el 28 de septiembre.

EL CASTILLO DE HOGWARTS

A mediados de la década de los 90, el aeródromo de Leavesden se convirtió en un inmenso plató de cine que, ya en el 2000 y tras el fenómeno literario de las aventuras de Harry Potter, pasó a ser el centro del universo mágico creado por J.K. Rowling, que durante una década cobró vida en este enclave al norte de Londres.

En la ruta por los estudios una de las joyas es el modelo del castillo de Hogwarts, construido para ‘Harry Potter and the Philosopher’s Stone’. Todos los patios, torres y torretas de la maqueta fueron filmados y mejorados con efectos digitales para crear las escenas de la película, en las que se combinan con escenarios exteriores reales, inspirados en las Highlands escocesas.

En su creación trabajó un equipo de 86 artistas, que reconstruyeron versiones en miniatura de patios del castillo de Alnwick y la catedral de Durham, localizaciones en las que también se rodaron algunas escenas.

Uno de los sets más espectaculares es el del Gran Comedor, que se mantiene tal y como se construyó para la primera película, desde el suelo de piedra hasta el mobiliario, e incluso el sistema de cuentas de puntos de la casa, que apenas se ve en pantalla. Oculto en las películas por los efectos visuales, el techo de madera arqueada imita al del Westminster Hall de Londres.

El set de la Sala Común de Gryffindor es uno de los más admirados por los seguidores y cuenta con los retratos de cada uno de los jefes de la casa y los tapices de aspecto medieval con los colores emblema de Gryffindor, y entre otros tesoros, la Capa de Invisibilidad de Harry Potter, impresa con símbolos celtas y runas antiguas.

En el dormitorio de los chicos de Gryffindor, que se fue modificando con el transcurso de las películas, se pueden ver las camas originales hechas para Harry, Ron, Seamus, Neville y Dean, además de vestuario y objetos que aparecen en las películas, como posters de Quidditch.

LA LOCOMOTORA DEL HOGWARTS EXPRESS

Dentro del colegio, otro de los espacios de referencia era el despacho de su director, Albus Dumbledore, situado en la ficción en una de las torres más altas del castillo. Cuarenta y ocho retratos de directores de Hogwarts, telescopios, mapas estelares y cientos de libros (en realidad, guías telefónicas británicas cubiertas de cuero) abarrotan un set en el que se esconden algunas de las joyas de la saga: desde el Sombrero Seleccionador a la espada de Gryffindor.

La oscura de Pociones, las dos versiones de la cabaña de Hagrid – una a mayor escala y otra más pequeña para que el guardián de Hogwarts pareciera más grande – y la cocina de los Weasley, también se pueden visitar tal y como aparecen en las películas, con multitud de objetos que en los filmes pasan desapercibidos pero cuidados al detalle en los sets de rodaje.

El del Ministerio de Magia fue uno de los decorados más grandes construidos para el rodaje, aunque una de las recreaciones más espectaculares es la del Bosque Prohibido, donde los visitantes pueden romper las estrictas reglas de Hogwarts y pasear entre los imponentes árboles del lugar, que esconde algunas de las criaturas mágicas de la saga, como el hipógrifo Buckbeak o la acromántula Aragog, mascota de Hagrid.

En la ruta no podían faltar los lugares que enlazan el mundo mágico con el de los ‘muggles’: el número 4 de Privet Drive, donde Harry Potter vivió con sus tíos y su primo hasta que cumplió 11 años o el andén 9 ¾, desde el que los alumnos de Hogwarts llegan al colegio a bordo del Hogwarts Express, cuya locomotora se puede contemplar en la exhibición.

Demostraciones sobre los efectos especiales y el maquillaje y modelos creados para dar vida a los personajes y criaturas mágicas de las películas, como el elfo doméstico Dobby, completan un recorrido en el que no podía faltar el Diagon Alley, el célebre callejón en el que los magos realizan sus compras, con un lugar destacado para la polvorienta tienda de varitas mágicas ‘Ollivanders’, y para la de artículos de broma de los hermanos Weasley, ‘Weasley’s Wizard Wheezes’.

Un recorrido para que los ‘muggles’ se sientan magos por un día.

 

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