El testimonio de una víctima platense sobre los abusos

La platense Julieta Añazco, presidenta de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico, dijo que el caso de Grassi marcó un hito en Argentina debido a que las víctimas se enfrentaron “a un reconocido sacerdote que contaba con el respaldo de la élite católica argentina y fueron humilladas públicamente al ser acusadas de solo intentar obtener un beneficio económico”.

“Ellos -añadió- han hecho que el camino de lucha sea más fácil para nosotros. Gracias a la lucha de ellos, muchos nos animamos a denunciar a nuestros abusadores públicamente”.

Añazco también señaló el reciente caso de víctimas con discapacidades auditivas en el Instituto Antonio Próvolo que denunciaron abusos del mismo sacerdote que fue acusado por estudiantes italianos de Próvolo, quienes en 2014 alertaron a Francisco y al Vaticano sobre su paradero.

Al caso Grassi también se refirió Anne Barrett Doyle, de la base de datos en línea Bishop Accountability, quien señaló que “antes de que el papa Francisco pueda decretar la responsabilidad de los obispos y otros líderes de la iglesia, debe admitir el daño que él mismo causó a las víctimas en Argentina”.

Por su parte, la víctima conocida como Gabriel en la causa contra Grassi, contó que dos meses después de que Francisco fuera designado como el primer papa latinoamericano, él y su abogado le enviaron una carta, que entregaron el 8 de mayo de 2013 en la embajada del Vaticano en Buenos Aires.

En la misiva, Gabriel se identificó como una víctima de los “aberrantes crímenes de abuso sexual reiterado y corrupción de menores” por parte de Grassi.

También lamentó que los estudios impulsados por el entonces cardenal Begoglio expusieran algunos detalles de su caso protegidos por la Corte, que afirmó lo “denigraron” personalmente y contradecían la llamada “tolerancia cero” que pregonaban tanto Francisco como Benedicto XVI.

“He sufrido y sigo sufriendo -le escribió Gabriel al Papa- y le ruego encarecidamente me dé su compasión y me ayude a recuperar la fe”.

Sin embargo, asegura que nunca recibió una respuesta.