Caer en la tentación es casi una “obligación”

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Para los que se mueven en el ambiente del “todos contra todos”, caer en la tentación es casi una “obligación”. La ecuación es muy simple: todos o casi todos los protagonistas de este micromundo no sólo están dispuestos al intercambio constante y sin ningún tipo de cargo de conciencia, sino que los disfrutan.

Para pertenecer hace falta tener bien claras las reglas y no ponerse colorado. Generalmente la pasión dura poco, lo mismo que las relaciones y el tiempo que pasa hasta encontrar un nuevo “amor”. Hay una gran oferta y equivalente demanda, en un contexto de belleza, riqueza, “piel”, exclusividad y mundo al alcance de la mano que alcanza a un grupo selecto al que no le gusta demasiado sumar nuevos o desconocidos “invitados”. Hay excepciones, claro, pero sólo un puñado completa el “álbum de figuritas” con otro puñado.

Los que están fuera del círculo los miran con envidia y se dicen: “qué lindo sería ser parte”, “lo que debe ser estar con Pampita”, “moriría por salir con Pico”, etc. Mientras que las estrellas le sacan el jugo a su posición privilegiada. Se mueven juntas y, cómo se sabe, lo más fácil es tentarse con lo que se ve a diario. Tanta exhibición, seducción y roce, tienta a cualquiera, y ellos no son de madera. Al contrario, se aflojan rápido y le dan para adelante, viven a full el presente y no se preocupan demasiado porque una relación se termine: ya que enseguida aparecerá un clavo para sacar al otro.

 

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