Instalaciones anacrónicas en las redes de servicios

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Hace muchos años que vecinos del distrito presentan reclamos por las malas condiciones en que se encuentran algunos postes que integran los tendidos de las redes de servicios y, ahora, son pobladores cercanos al tramo del camino General Belgrano y 511 los que expresaron su preocupación por la existencia en ese lugar de postes a punto de caer, suspendidos tan sólo por los cables, según reveló una reciente publicaciónen estas páginas.

No se trata de instalaciones que se encuentren a muchos metros de los caminos o rutas, tal como suele ocurrir con las vías camineras provinciales. Aquí, en la zona de la periferia platense las redes de servicio se encuentran tendidas a muy pocos metros de las calles. En el caso del Belgrano los postes suelen encontrarse a menos de un metro de los cordones, en una situación que origina inseguridades de todo tipo.

Ese problema fue puesto de relieve hace poco tiempo por un vecino de City Bell que computó la presencia de una cincuentena de postes de servicios -mencionó además la profusa cartelería instalada precariamente- un metro o menos del camino Belgrano y 469. A la fragilidad que exhiben los postes, se suma, entonces, la anarquía con que fueron implantados, creándose para los vecinos, automovilistas, ciclistas y peatones toda clase de riesgos.

Siempre se ha reclamado por la falta de inversiones por parte de las empresas a cargo de distintos servicios públicos. Los tendidos de redes se determinan, muchas veces, por medio de improvisaciones, sembrándose postes y fijándose trazados arbitrarios que, en ocasiones, atraviesan propiedades privadas, hasta configurar un diagrama totalmente anárquico.

En cuanto a la estabilidad de los postes, corresponde recordar que son muchos los que caen derribados por efecto de las tormentas. No es necesario explayarse sobre lo peligroso que resultan estos accidentes. En muchas oportunidades son los propios vecinos los que instalan “testigos”, con el propósito de evitar la caída de los postes de luz o de teléfonos, dada la demora con la que suelen acudir las cuadrillas de esas empresas para resolver el problema.

Si a esta situación se le suma el hecho de que se originan también numerosos inconvenientes por trabajos realizados por otras empresas de servicios, que terminan afectando a los sistemas de otra concesionaria, las deficiencias se reproducen en cascada: la caída o las reparaciones de un servicio repercuten en otro, como producto –según han señalado entendidos en esta cuestión- de la improvisación con que se brindan estas prestaciones esenciales.

Hace años que los vecinos le reclaman a las empresas de servicios que extremen sus esfuerzos y modernicen en forma sustancial sus redes de distribución. En muchos países el suministro se concreta mediante redes subterráneas que, entre otras ventajas, impiden la presencia laberíntica de postes y cableados que caracterizan en nuestro país a los servicios eléctrico y telefónico.

Lo cierto es que la población no debiera padecer los riesgos que hoy se derivan, a partir de instalaciones que, a la luz del progreso actual, resultan anacrónicas.

 

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