Dudas que siguen sin ser despejadas en el tránsito de la Región

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La decisión de la dirección provincial de Vialidad de restringir en el primer día del año la circulación de vehículos de gran porte por la autopista Buenos Aires-La Plata, la autovía 2 y otras cinco rutas bonaerenses con el objetivo de facilitar el desplazamiento de vehículos y prevenir siniestros de tránsito en las rutas turísticas, ya adoptada en años anteriores, resultó ser una medida acertada que debe reiterarse en cada fecha que reúna las mismas características.

Como se sabe la prohibición de circulación por dichas vías y en sentido a la costa atlántica rigió de 6 a 18, en tanto que en sentido a la capital federal fue de 13 a hasta la medianoche, de modo de no entorpecer en forma absoluta la actividad comercial y económica propia de la época, además de facilitar un movimiento más fluido al éxodo turístico.

Ese contexto influenciado por circunstancias eventuales, subordinadas a movimientos masivos, debiera servir al mismo tiempo para analizar lo que ocurre a lo largo de todo el año en lugares que, como las principales vías de acceso a nuestra ciudad, ofrecen día tras día el panorama de un tránsito embotellado y problemático, con la presencia de camiones de gran porte que se desplazan por calles y caminos inapropiados para sus grandes dimensiones.

Hace ya muchos años que el desplazamiento de grandes camiones y colectivos por los caminos Belgrano y Centenario, por las avenidas 520, la 44, la extensión de la 60 hasta Berisso y por el otro extremo a Los Hornos, la 122, los dos caminos de ingreso a Ensenada, la 66, la 137 y otras vienen planteando complejos problemas para la dinámica urbana. Se han sucedido ordenanzas erráticas o contradictorias sobre los caminos de ingreso a la Ciudad que deben seguir los colectivos, sin terminar de arribarse a una solución urbanística integral. El resultado se traduce en forma cotidiana en el caos vial que caracteriza a la periferia.

Esta indefinición también alcanza a los llamados carriles exclusivos para los micros, dispuestos por la Municipalidad en varios tramos de la avenida 44 y de la diagonal 80. Lo cierto es que muchos conductores no los respetan y utilizan esos carriles no sólo para transitar por ellos, sino también para estacionar.

Un antiguo precepto sostiene que no es aconsejable sancionar una norma, si no se tiene la seguridad de que va a ser cumplida y, tampoco, si no se va a hacer lo necesario para que sea acatada. Sin embargo, pese a la sabiduría de ese principio, la realidad demuestra que, en materia vial, existen muchas reglamentaciones sancionadas que no se cumplen, sumándose por consiguiente situaciones que ponen en jaque el principio de autoridad y crean mayor confusión en el tránsito.

¿Cuáles son en definitiva las rutas y vías de acceso a La Plata que no pueden ser utilizadas por vehículos de gran porte? ¿Son respetadas las ordenanzas que regulan sobre ese tema? Mientras estos tipos de interrogantes no encuentren respuesta rápida y certera, ello significará que está fallando la política vial en la Región.

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