Largas colas bajo la lluvia para debatir y miles de sandwiches de milanesa

Treinta horas viajó en colectivo Laura Martínez para llegar desde El Bolsón, donde vive, hasta La Plata para participar del 34° Encuentro Nacional de Mujeres. Le habían asignado una escuela de Los Hornos para alojarse y hacía allá fue bajo la lluvia con su bolsa de dormir. Pero le esperaba una sorpresa. La escuela había sido afectada por la tormenta de la madrugada, tenía parte de sus instalaciones inundadas y no tenía gas: “Apenas nos enteramos empezamos a llamar a amigas cuyos hijos estudian en La Plata y de a poco nos fuimos repartiendo en sus casas. Ahora todas tenemos donde dormir, pero fue una llegada accidentada”, decía ayer Laura mientras se sacaba selfies en 7 y 50 con el pañuelazo que reunió a una multitud en esa esquina en horas de la tarde como fondo.

La de Laura es apenas una de las historias que llegaron a La Plata desde distintos puntos del país en las últimas horas. Historias de mujeres que recorrieron, en muchos casos, largas distancias para participar de una edición del Encuentro Nacional de Mujeres que si por algo se caracteriza es por su masividad.

Laura Scopetta es otra de esas mujeres. Vino desde Rosario para participar del que sería su segundo encuentro, pero se quedó afuera de todos los talleres de ayer porque no llegó a tiempo: “hubo un conflicto con el colectivo que habíamos contratado para que nos trajera y llegamos tarde para los talleres, pero a tiempo para el pañuelazo”, le contó a este diario mientras caminaba con un grupo de amigas por la calle 50.

Como otras de las participantes, Laura se mostraba maravillada por la cantidad de mujeres que recorrían ayer las calles de La Plata. La organización espera en total a 200.000 participantes, aunque ayer, en el marco de una mañana dificultada por el mal tiempo, admitían que muchas se habían demorado en salir o se habían atrasado en el camino por las inclemencias climáticas.

Durante todo el día fue incesante la llegada de mujeres en las terminales

En algunos talleres la capacidad se vió colmada y se debatió en los pasillos

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Esa masividad se puso de manifiesto en algunos momentos de la jornada de ayer como cuando las inscripciones para los talleres se trasladó al Instituto Islas Malvinas de Diagonal 80 entre 115 y 116, tras la cancelación del acto de apertura. Las colas bajo la lluvia en las puertas de ese Instituto eran largas bajo una lluvia persistente. Y un panorama similar se vivió en muchas facultades, donde los cupos para los talleres quedaron desbordados y se improvisaron debates en los pasillos.

La entrega de viandas gratuitas por parte de la Comisión Organizadora para las mujeres también permitió asomarse a la magnitud del evento: reservadas para las participantes sin recursos, se entregaron miles de sandwiches de jamón y milanesas y botellas de agua y jugo, según explicaron fuentes de esa comisión a este diario. En total, en los días que durará el evento se entregarán 40.000 sandwiches.

Mientras tanto, a la hora del almuerzo los grupos de mujeres que se disponían a participar de los debates buscaban por la ciudad un lugar dónde comer o caminaban bajo la lluvia vistiendo pilotos o con los zapatos envueltos en nylon.

“La verdad es que se está trabajando bien. Con el tema de la lluvia y tantas mujeres en la calle, salen muchos viajes”, le decía un taxista a este diario, mientras esperaba alerta en la zona cercana al Instituto Islas Malvinas para llevar mujeres a los talleres o a sus alojamientos en escuelas, clubes, casas particulares u hoteles.

En el Instituto Islas Malvinas la Comisión Organizadora centralizaba los pedidos de aquellas que habían llegado a la ciudad sin alojamiento o con la idea de instalarse en carpas a la intemperie, cuyos planes se habían visto frustrados por la lluvia.

Mientras tanto, y durante buena parte del día el flujo de mujeres que llegaba para participar del encuentro fue incesante tanto en la terminal de trenes como en la de colectivos, bajando de los vehículos con sus bolsas de dormir a la espalda o sus pañuelos para hacer que La Plata viva una jornada histórica.