Peluqueras y barberas, una salida laboral después de la violencia

A través de los cursos gratuitos de una ONG platense, cientos de mujeres buscan la oportunidad de aprender un oficio para escapar de una situación traumática. Y realizan cortes solidarios

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Lara (19), hizo completo el curso de barbería y corte en la sede de la ONG platense Las Mirabal. Durante dos meses, junto a sus compañeras de los cursos, que son gratuitos, recorrió barrios platenses como El Retiro, Malvinas o El Triunfo, y clubes de fútbol infantil de toda la ciudad, para cortar el pelo o peinar, también de manera gratuita, a todo aquel que demandara el servicio. De la misma manera, ella y otras mujeres se van turnando en la sede de la ONG, en calle 3 Nº 624, entre 44 y 45, para cortar el cabello, teñir o peinar a hombres y mujeres que se acercan con la necesidad de recibir ese servicio sin tener que pagar por ello. Lo destacable del caso es que casi el 90 % de esas mujeres -unas 250 que actualmente toman parte de los cursos de la entidad- han atravesado o aun atraviesan por situaciones de violencia familiar.

“La gran mayoría de las chicas que asisten a los cursos -cuenta la doctora Flavia Centurión, titular de la ONG- lo hace en primer lugar para encontrar una posibilidad laboral para salir de su situación, y en segundo lugar para recuperar situaciones sociales. Son mujeres de entre 25 y 50 años que atravesaron por situaciones de violencia, física, económica y psicológica, a las que nuestra entidad, además de los cursos, trata de atender con asistencia jurídica y psicológica. Y la atención de ellas trabajando gratis para la comunidad, es de alguna manera una forma de devolución social”.

DEGRADÉ, NAVAJAS Y DISEÑOS

Lara ya obtuvo el diploma del curso de barbería, pero los hay también, en el rubro peluquería, de clorimetría, corte y ayudantía, peinado y tratamientos capilares.

“El más demandado es el de barbería -cuenta Tadeo Leonel Aguirre, uno de los profesores- porque está de moda. Muchos chicos, inclusive los que vienen a cortarse acá, piden los llamados degradé, diseños, líneas o dibujos. La clientela lo pide y el oficio puede tener mucha salida laboral, que es lo que las chicas buscan. Hoy en día un corte se está cobrando de 300 pesos para arriba y, si se ofrece el servicio a domicilio, no requiere de una gran inversión. Otras mujeres se emplean en salones de belleza y peluquerías convencionales, y otras montan su propio micro emprendimiento”.

Muchos chicos vienen a pedir cortes de moda, como líneas o dibujos, muy en auge en las barberías”

Tadeo Aguirre Profesor en Las Mirabal

“Conseguir un empleo de peluquería en relación de dependencia en la actualidad está más difícil -señala Centurión- pero muchas de las chicas consiguen trabajar como cuentapropistas, ya sea ofreciendo el servicio a domicilio o montando su propio negocio en su casa. Porque hay que tener en cuenta que para ellas el factor económico es fundamental, ya que muchas veces significa la independencia de quien la estaba o está sometiendo a una situación de violencia, que en la gran mayoría de nuestros casos es ejercida por parejas o ex parejas, aunque también tenemos casos en los que los agresores son los propios padres u otros familiares. Visibilizar esta situación es muy importante para las propias víctimas, y para eso en todos los cursos se da también un taller de género”.

EN CASA Y EN LOS BARRIOS

“Mientras estaba en el curso como estudiante -cuenta Lara- con otras chicas recorrimos muchos barrios cortando y peinando. A nosotras nos servía porque adquirimos práctica, pero también dábamos un servicio, con cortes de peluquería profesional. En mi caso, ya como diplomada, trabajo por mi cuenta a domicilio y trabajo no me falta, aunque también ocupo horas como niñera, y el año que viene pienso empezar a estudiar para ser maestra jardinera. Para muchas de nosotras es muy importante aprender un oficio, más como en este caso que se nos da la oportunidad sin costo. De lo contrario sería difícil para muchas, ya que los cursos de oficios se están cobrando unos dos mil pesos mensuales, a lo que hay que sumarle la matrícula”.

Son mujeres que atravesaron por situaciones de violencia física y económica

En el caso de Roxana Sanagua (42), vecina de Los Hornos, apuntó a la peluquería como una salida laboral, y eligió a la barbería en particular como su especialidad sobresaliente.

“Es lo que hoy está de moda y lo que la gente más pide -cuenta- por ahora lo estoy haciendo a domicilio y también de manera solidaria junto a otras compañeras de la ONG, pero en el futuro mi proyecto es abrir una barbería acá en Los Hornos”.

“El aprender un oficio, el poder independizarse económicamente y volver a estar en una situación de pares, es muy importante para las mujeres que atraviesan por situaciones de violencia de género -sostiene la doctora Centurión- y si con ese oficio además se puede emprender una tarea solidaria, la retribución es doble”.

Tijeras solidarias
Los cursos solidarios de la ONG son dictados por cuatro profesores que también aportan sus conocimientos solidariamente. Ellos son Tadeo Aguirre, Pablo Flores, Karen Peyran y Julio Ramos González. En la imagen uno de ellos (Tadeo Aguirre) muestra a una de sus alumnas (Florencia, 25) cómo realizar uno de los cortes de moda. Todos los días más de diez personas concurren a la sede de 3 entre 44 y 45 para recibir la atención solidaria

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