La importancia de la detección y tratamiento de la diabetes

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No son pocas las oportunidades en las que distintas fuentes médicas han advertido sobre el hecho de que la diabetes se ha convertido en una pandemia que va en aumento, vinculada a los altos índices de sobrepeso, obesidad y sedentarismo, con la que convive el 10 por ciento de los argentinos, aunque sólo la mitad de ellos se encuentra diagnosticado, en una situación que debiera convertirse en un llamado de alerta a la población sobre la perentoria necesidad de realizar los controles para prevenirla y poder tratarla a tiempo.

Ahora, según se informó, entre el 8 y el 14 de noviembre próximos se desarrollará la Semana de la Diabetes, con epicentro en el Hospital San Juan de Dios de nuestra ciudad. Tal como se detalló el lema de este año es “la diabetes concierne a cada familia” y, desde el área de Diabetología de ese centro de salud de 27 y 70, se organizaron distintas actividades, en colaboración con la Sala de Nutrición y Dietoterapia, Enfermería, y Salud Mental del mencionado hospital.

Como se sabe, otra de las consignas habitualmente empleadas por los especialistas –“Ojo con la diabetes”- tiene que ver con que ese mal es una de las causas importantes de ceguera, así como también de enfermedad cardiovascular y renal, y de amputación de extremidades inferiores, entre otras de las graves consecuencias médicas que acarrea.

Se conoce, asimismo, que según últimos estudios la diabetes para el 2030 será la séptima causa de mortalidad . De allí la importancia que revisten las campañas destinadas al control de la ceguera por retinopatía, controles de peso, talla, nivel de glucemia y fondo de ojo, tanto como las charlas de concientización, prevención odontológica para diabéticos, medición de glucemia y de presión arterial, y control de peso.

La diabetes es una de las enfermedades crónicas de mayor prevalencia a nivel mundial, estimándose en los últimos años que en la provincia de Buenos Aires afecta a más del 6 por ciento de la población. Y el mayor problema consiste en que una persona con diabetes y que no realiza tratamiento termina comprometiendo la vista, el corazón, los riñones y el sistema nervioso. De allí la importancia de poner en marcha programas de concientización, que sirvan para modificar las pautas culturales de los argentinos en lo que se refiere a la alimentación y las actividades físicas.

Desde esta columna se ha enfatizado en que el Estado tiene dos obligaciones centrales, derivadas de dos grandes segmentos de la población que presentan características sumamente diferenciadas. En primer lugar, las administraciones públicas deberán revisar a fondo y aplicar los cambios necesarios en sus programas alimentarios destinados a los sectores carenciados de la sociedad.

Pero además el Estado tiene una función indelegable en la generación de conciencia en los restantes segmentos de la sociedad sobre los peligros de la obesidad, sobre su relación con los hábitos alimentarios y el sedentarismo y cómo revertir la situación para eliminar los riesgos consecuentes. Y está claro que esa tarea de prevención debe ser desarrollada por organismos de los gobiernos nacional, provinciales y municipales, responsables cada uno de ellos de que la sociedad cuente además con una estructura hospitalaria accesible y preparada para enfrentar este mal.

 

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