Juego, luego existo
Edición Impresa | 17 de Febrero de 2019 | 09:03
Como dice Santiago Segurola, resulta alentador el encuentro con Fernández Moores y sus columnas. Sus opiniones son firmes, pero no dogmáticas. Su interés por los datos es tan relevante como su desinterés por la demagogia. Su estilo, sucinto y contundente, desestima la retórica en favor de una claridad admirable.
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