Un acto surrealista, perverso, de inhumanidad

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Mariano Fusero

Abogado penalista, presidente de RESET

Hoy en Argentina se hace un circo, camuflado de juicio, contra una persona que padece epilepsia y usa cannabis de modo terapéutico. Lo obtenía mediante el autocultivo, para no acudir al mercado ilegal, sin afectar los derechos de nadie y por los beneficios que le brinda la planta a su propia salud.

Éste circo, que es uno muy peligroso, tiene la facultad de condenar a Francisco Giovanoli a una pena que va de 4 a 15 años de prisión, la misma pena que le podría caber a un violador.

Someter a una persona durante cinco años de proceso penal a la indefinición de un futuro en libertad o tras las rejas por cultivar unas plantas que ayudan a su propio bienestar es surrealista, es perverso, es un acto de inhumanidad.

Mientras tanto, la ley de Cannabis Medicinal, que impide el autocultivo para que no se direccione al mercado ilegal, está contribuyendo a que ocurra todo lo contrario. Porque al restringir el acceso sólo a niños y jóvenes con epilepsia refractaria, la ley está haciendo crecer la venta clandestina de aceite en foros de cannabis, donde llega a cobrarse hasta 6 mil pesos por unos pocos mililitros”.

 

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