La Ciudad desafiada por un creciente parque automotor
Edición Impresa | 13 de Marzo de 2019 | 03:35

Las progresivas restricciones al estacionamiento en el casco urbano platense, como la dispuesta ahora en la diagonal 73 entre las plazas Moreno y Azcuénaga, en donde anteayer se iniciaron los operativos municipales para labrar actas a los infractores, si bien se inscriben en la decisión de ensanchar las calzadas y descongestionar así a las calles del casco céntrico, pueden resultar un paliativo temporal, pero en modo alguno resuelven el problema que plantea una ciudad cada vez más congestionada de vehículos y con menos lugares para estacionar.
Hace ya muchos años que los expertos vienen alertando sobre este dilema que enfrenta La Plata. Ocurre que, a partir del explosivo crecimiento del parque automotor, advierte que no existen salidas fáciles ni duraderas para un problema que demanda soluciones de fondo. Algo más de 20 mil automóviles nuevos se suman por año a las calles platenses; esto es, una superficie equivalente a casi doce manzanas repletas de vehículos estacionados uno al lado de otro.
Está claro, entonces, que las autoridades se encuentran virtualmente obligadas a encarar planificaciones de fondo, pues el constante crecimiento del parque automotor -sobre un casco urbano que tiene la misma superficie que tuvo en los días de la fundación- se traduce en embotellamientos, falta de lugares para estacionar y otros trastornos que afectan gravemente la dinámica de la Ciudad, hasta colocarla, sobre todo en horarios pico, al borde del colapso.
Acaso sirva este ejemplo: hasta hace pocos años, unos pocos vehículos estacionaban en el Bosque, ocupando los primeros metros de la avenida Iraola. Sin embargo, en la actualidad se encuentra superpoblado de vehículos estacionados en la mayoría de sus calles, como consecuencia del tarifado del estacionamiento en el centro. En el último año se registró un gran desplazamientos hacia las zonas exentas de pago del principal paseo platense, en algunos casos ya con doble fila, como sucede sobre la avenida 52.
En concreto, los conductores que antes estacionaban en zonas del Centro o en los alrededores, ahora buscan zonas casi periféricas y entre ellas al Bosque, en una situación que, en el último de los casos, implica riesgos para las personas que acuden a ese paseo con fines aeróbicos o de esparcimiento . Se trata de una verdadera desnaturalización de uno de los espacios verdes más privilegiados de la Ciudad, que cuenta, entre otros atractivos, con el Zoológico, el Museo de Ciencias Naturales, el Lago, el teatro Martín Fierro, el Observatorio Astronómico, el Planetario y las canchas de Estudiantes y Gimnasia.
Como se ha dicho, hace ya mucho tiempo que los especialistas proponen reformas urbanísticas integrales, que apunten al desaliento a la entrada a la zona céntrica de vehículos particulares; al fomento de un transporte público de pasajeros eficaz, económico y no contaminante; a la existencia de más bicisendas; a la solución integral del estacionamiento, sea con la construcción de playas subterráneas o de superficie lejos del centro o al tendido de un sistema como el del Metrobus que alivie a las avenidas principales, entre otras medidas indispensables.
La ausencia de planificaciones y de medidas concretas ha llegado a un punto de no retorno, más allá del cual sólo cabe esperar más complejidades y situaciones anárquicas en un tránsito como el de La Plata que, tal como lo advierten los expertos, no da para más y reclama reformas estructurales en forma perentoria.
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