¿Se aprende en los cursos on-line?

La sobreoferta de cursos a distancia nos obliga a preguntarnos si todo el abanico de opciones disponible en la web puede enriquecernos, de qué depende que podamos aprender y a qué prestar atención antes de comprar tu próximo curso.

Por Leonardo Gimenez*

 

A esta altura del SXXI es una obviedad poner de relieve la necesidad de mantenerse en estado de formación constante, para un mercado laboral en continuo cambio y evolución. La transformación digital impactó en casi todas las formas de hacer las cosas que habíamos aprehendido, y cambió el set de habilidades requeridas para ser efectivos. Lo que conseguíamos casi sin esfuerzo hace algunos años, empieza a dificultarse en este nuevo contexto y a dejarnos con la sensación de que algo nos falta. Así es, necesitamos formación para ese nuevo escenario.

Sin embargo, la tarea de elegir un ámbito o una temática en la que formarse, o incluso el curso que podría potenciarnos no parece ser una actividad sencilla, principalmente por el costo de oportunidad que conlleva. Elegir uno, en muchos casos, implica no elegir el resto. Este cuadro se completa con la infinita oferta de educación a distancia que permite participar de un curso dictado a miles de kms de distancia, desde la comodidad de tu sillón.

Para resolver este brete deberíamos empezar por preguntarnos cómo es que ocurre el aprendizaje en nosotros. Cuáles son las formas que más nos predisponen a aprender. Quizá, porque trabajás todo el día, te conviene un curso que puedas consumir On Demand (a demanda) a tu ritmo y en los horarios disponibles. O tal vez, preferís cursos que propongan encuentros virtuales períodicos para que te guíen en el proceso de aprendizaje. Cada uno de nosotros tiene “su forma”, una combinación de recursos que le sienta ideal en función a sus preferencias.

Una vez que identificaste tus recursos preferidos, debemos concentrarnos en el segundo elemento vital de todo proceso de aprendizaje: El docente. Es una obviedad, a esta altura, decir que la calidad del maestro es el techo del alumno, sin embargo en lo que respecta a la educación a distancia no sólo se implican las destrezas pedagógicas tradicionales, sino y principalmente habilidades para gestionar comunidades. Todo ese grupo de estudiantes dispersos geográficamente, con tiempos, preferencias, conocimientos y estilos de aprendizaje diferentes sólo comparten la expectativa de obtener aprendizaje del mismo proceso. El docente, o mentor de este tipo de cursos, deberá tener una estrategia concreta para generar compromiso en un entorno tan diverso, creando y manteniendo comunidades activas de aprendizaje.

Para finalizar el análisis, deberíamos saber cuál es la metodología sobre la que se pretende apoyar los anteriores elementos para desplegar el proceso de aprendizaje individual. Lamentablemente, la estadística indica que estas propuestas a distancia pierden a sus alumnos por el camino, ya que tienen un ratio de finalización bajísimo, que oscila entre el 10% y el 40% -en el mejor de los casos- y la principal causa de abandono es la falta de interacción. Por este motivo, no debería darte lo mismo el método con el cuál el docente planifica desarrollar el curso y motivarte para prolongar tu entusiasmo y participación, a fin de no abandonar.

Existe una amplia variedad de cursos. No todo curso on line agrega valor profesional, dependerá de la habilidad del alumno para explorar y responder a los elementos troncales de cada una de las propuestas de educación a distancia -o cursos- que quiera analizar.

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*Coordinador del Polo IT La Plata, CEO y CoFundador de Go4Clic y aspirante a Magister en Educación a Distancia (FI-UNLP).

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