¿El fin de la oficina? El futuro del trabajo es remoto

La rutina laboral cambia. 7 de cada 10 millennials ven prescindible la oficina. ¿Cómo nos afecta y que es lo que se viene? 

Por Alex F. Ochoaizpuro (*)

Antes de su charla TED, Jason Fried preguntó a la audiencia: "Si tuvieras la opción de elegir, ¿adónde irías para concentrarte cuando necesitas terminar trabajo pendiente o hacer algo productivo?" Sorprendentemente (o no) la audiencia no contestó unánimemente sino que dio diferentes alternativas, refiriéndose a un lugar específico: el living de mi casa, mi habitación, la cocina; un medio de transporte: el tren, el colectivo; o un momento determinado del día: temprano en la mañana o tarde en la noche. Lo que le llamó la atención a Fried es que rara vez la gente mencionó la oficina como el lugar que eligen para concentrarse y concluyó que el trabajo es algo que hacés, no un sitio al que vas.

Eso fue lo que disparó la idea de su libro Remoto (2013), donde Fried expone dos puntos principales para explicar esto. En primer lugar, el auge del trabajo remoto o teletrabajo: allí cuenta que aproximadamente el 70% de los puestos de trabajo en el mundo bajo esta modalidad son nuevos, ya que se han creado durante los últimos 10 años. Esto, en parte, podría explicarse por el avance de la industria del software y el desarrollo de nuevas herramientas específicas para el desempeño de distintas tareas que no requieren interacción física. El acceso a internet de alta velocidad, uno de los facilitadores más importantes del trabajo remoto, ya no es un problema en casi cualquier rincón del mundo. A medida que se reduce la necesidad de visitar (o incluso tener) una oficina física, aumenta la confianza en las herramientas para mantenerse en contacto: el 44% de los trabajadores remotos dijo que las herramientas de comunicación en tiempo real son las más importantes para ayudarlos a mantenerse conectados: Slack es la nueva oficina.

También hay una razón generacional para esto: el 51% de los millennials expresaron que cambiarían de trabajo por tener el beneficio de contar con horarios flexibles, y el 37% lo cambiaría por un rol que permita el trabajo remoto, al menos a tiempo parcial. El 90% de los que ya están trabajando de forma remota cierta parte del tiempo laboral, están planeando trabajar de la misma manera por el resto de sus carreras.

Respecto a esto, las empresas tienen ahora el desafío frente a esta nueva generación de trabajadores, tienen que readaptar a sus procesos y políticas si quieren tener el mejor equipo disponible trabajando para ellas. Las fronteras físicas ya no son una barrera y las empresas pueden hacer que sus empleados trabajen desde donde sean más felices: tanto geográficamente (en cualquier parte del mundo) como funcionalmente (espacios de coworking, cafeterías, oficinas en el hogar, e incluso un motorhome o casa rodante).

Esa readaptación en procesos y políticas también tiene un beneficio para las empresas: los costos del trabajo remoto son más bajos que en la forma tradicional. Esto se debe a que las empresas podrían no tener oficinas, o tener otras más reducidas, además de que los trabajadores no tendrían que pasar tiempo viajando diariamente solo para ir y volver al lugar de trabajo. Pero no todos son beneficios: incluso sin el viaje, los trabajadores remotos tienen algunas cuestiones que resolver. De acuerdo con un estudio de 2018, la soledad (21%) y las distracciones en el hogar (16%) son los mayores padecimientos de los trabajadores remotos que aún están pendientes de tratamiento.

Otro punto que se discute frecuentemente con los equipos remotos es la cultura. La cultura en el lugar de trabajo es muy importante, tanto para momentos de distensión como cuando se requiere un parámetro para la toma de ciertas decisiones. Cuanto más fuerte sea la cultura menos supervisión se necesita. En una situación ideal, los gerentes pueden focalizarse en decisiones estratégicas, entendiendo que gracias a una cultura fuertemente aceptada sus equipos harán un buen trabajo, coherente con los valores que representa la compañía. El trabajo remoto implica un desafío en este punto, pero ciertamente, no se necesita que todos estén juntos físicamente para crear una cultura sólida. Las mejores culturas se derivan de acciones que las personas toman y no las que escriben en un documento formal de misión y visión corporativa. La forma en que se toman las decisiones, el cuidado que se toma y la forma en que se solucionan los problemas crea la verdadera cultura.

Es muy difícil predecir los puntos de inflexión sobre cuestiones tan arraigadas como ir a trabajar a un lugar específico ya que  a la mayoría de las personas les resulta más fácil pensar que nunca cambiarán. Pero en este caso podemos dar cuenta de que se acerca un punto de inflexión para el trabajo remoto. Puede que no sea que la oficina deje de existir por completo, pero su importancia e impacto en el trabajo diario ha alcanzado su punto máximo, y está en decrecimiento.

(*) Alex F. Ochoaizpuro es Director de Operaciones de Celerative, empresa socia del Polo IT La Plata, fundada por platenses y enfocada en proveer soluciones a través de su plataforma de Team Augmentation y Operational Intelligence.

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