Una promesa de padre a hijo para que el autismo no sea una limitación

Edición Impresa

“Si aprendés a andar en bici, a los 15 cruzamos la Cordillera”, le prometió Juan Zemborain a su hijo Santiago que, a sus 7 años, con autismo e hipotonía muscular, no terminaba de largarse. Con esa meta empezaron a entrenar en tándem, ya que si bien Santiago aprendió a andar solo no parecía interesado en frenar. El 13 de marzo pasado, dos días antes de que cumpliera 16, ambos llegaron pedaleando hasta el Pacífico desde Neuquén. “Pedalear es nuestra forma de hablar del autismo”, cuenta su papá.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE