Boca liquidó la serie frente a Godoy Cruz bajo un diluvio que inundó la Bombonera
Edición Impresa | 6 de Mayo de 2019 | 03:24

Lo que les espera el jueves para definir el futuro de ambos en la Copa Libertadores replanteó el segundo capítulo de la serie a cargo de Boca y Godoy Cruz, que ayer se completó en la Bombonera, bajó una lluvia torrencial, y con formaciones alternativas de uno y otro lado, que remarcaron las gran distancia que los separa a nivel de la conformación de los planteles.
En el primer ataque a fondo, que desembocó en un córner desde la derecha, que Ramón Ábila terminó empujando al gol, el conjunto Xeneize aumentó la ventaja de 2-1 conseguida en Mendoza, y esto poco menos que definió la serie. Pero, claro, nadie imaginó que el agua que comenzó a caer “a baldes” podía complicar la noche.
El terreno de juego se convirtió en una verdadera pileta, y aunque Facundo Tello, el árbitro, hizo lo posible, cuando todavía no se había cumplido la primera media hora, las condiciones del campo lo llevaron a interrumpir las acciones y generar una situación de incertidumbre, adentro y afuera.
Hasta la interrupción, más allá del gol de Wanchope, hubo un ataque del Tomba que Miguel Merentiel desaprovechó debajo del arco, y una reacción de Jorman Campuzano que desencadenó un tumulto que el juez central resolvió con un par de amonestaciones que parecieron insuficiente.
Volviendo a lo que tiene que ver con el clima y el estado de la cancha, inundada en amplios sectores, en lo primero que se pudieron de acuerdo ambos clubes fue en la necesidad de completar el encuentro, ya que ninguno disponía de fechas para completarlo en caso de una suspensión. Se lo comunicaron a Tello, quien dispuso esperar.
Tenían que jugar porque la presente Copa de la Superliga no permite reprogramaciones, más allá de unos días, y en este caso era imposible ya que el jueves Boca definirá su continuidad en la Libertadores ante Paranaense de Brasil, por el Grupo G, y Godoy Cruz hará lo propio contra la Universidad Concepción de Chile, por el Grupo C.
Resumiendo: a los 28 minutos se paró el juego, la espera llegó a los 36 minutos, y cuando la pelota volvió a “rodar” restaban 17. Nadie entendió por qué recién a último momento aparecieron empleados para desplazar el agua con secadores, y cuando el trámite se reanudó, la prioridad fue levantar la pelota para facilitar los despliegues.
En este volver a empezar, contrariamente al primer segmento, el conjunto mendocino se afirmó mejor, desplazó la acción a terreno boquense y asustó con un par de llegadas que incomodaron a la última línea de la escuadra armada por Gustavo Alfaro.
En el segundo tiempo, Godoy Cruz perdió el control de la pelota frente a un Boca que a los 10 minutos terminó de liquidar la serie, tras un pase en profundidad para Pavón, quien cruzó al medio para la entrada “al límite”, en lo que a ubicación se refiere, de Ábila.
El agua continuó siendo un factor que complicó el traslado de la pelota, y en este marco Boca se adaptó mejor, organizando salidas rápidas con pases largos que complicaron a los marcadores. La posibilidad de una goleada quedó latente, más cuando el cansancio empezó a desgastar al juvenil conjunto dispuesto por Lucas Bernardi, quien revivió con el descuento de Richard Prieto y se despidió del nuevo torneo cuando Mauro Zárate, de tiro libre, firmó el 3-1.
Ganó Boca, que también se metió en los cuartos de final de la Copa de la Superliga, instancia en la que esperará al próximo rival: el ganador de Vélez-Lanús, quienes definirán esta noche en Liniers.
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