Entre polémicas y reclamos, volvió a sesionar el consejo superior de la UNLP
Edición Impresa | 8 de Mayo de 2019 | 02:36

Tras una “siesta” de casi cinco meses, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) sesionó por primera vez en el año con una agenda variopinta y no exenta de polémicas.
Como había anticipado EL DIA, el pronunciamiento del máximo órgano de cogobierno “contra el recorte presupuestario al sector científico-tecnológico” y la aprobación de la interpretación del artículo 102 del Estatuto Universitario para desempatar la elección de decanos se llevaron la mayor parte de un debate que superó largamente las tres horas.
Al inicio se puso a consideración del cuerpo deliberativo la aclaración del mencionado artículo 102, que reza: “Si ningún candidato obtuviera como mínimo los votos afirmativos de la mitad más uno de los miembros del Consejo Directivo, se repetirá la elección con los dos más votados. Si ninguno de estos obtuviera el número de votos precedentemente establecido, se incorporará al órgano elector, al único fin de votar por uno de los candidatos, el primer suplente representante de cada uno de los estamentos que componen el Consejo Directivo”.
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Pero, ¿cuántos son los estamentos? ¿Cuatro (docentes, estudiantes, graduados y no docentes)? ¿O cinco (profesores, JTP, estudiantes, graduados y no docentes)? Finalmente, a propuesta de la Presidencia de la UNLP, el Consejo Superior aprobó por amplia mayoría la lectura realizada por el secretario de Asuntos Jurídicos de la casa de altos estudios, Julio Mazzota, quien resolvió que los “estamentos” a considerar para desempatar al elegir decanos sean cinco: profesores, jefes de trabajos prácticos, estudiantes, graduados y no docentes.
Esa zona gris, irresuelta, que se mantuvo hasta ayer desencadenó en 2014 una honda crisis en la facultad de Ciencias Exactas y provocó algo similar el año pasado en Ciencias Agrarias y Forestales, cuando un Consejo Directivo partido en mitades iguales tuvo que desempatar en la elección que finalmente ungió como decano a Ricardo Andreu. Entonces, una interpretación “de oficio” del Rectorado al artículo 102 especificó que, en efecto, los estamentos a considerar debían ser cinco y Agronomía se salvó de la crisis. Pero la votación ya había llegado a la Justicia.
FUERTE CRUCE
Todavía duraba la modorra de la mañana cuando madrugó la controversia. Las rispideces entre la actual gestión de la unidad académica de 60 y 118 y la opositora agrupación Franja Morada volvieron a florecer ayer. Fue cuando el representante por el claustro estudiantil de esa facultad, Gerónimo Boccanera, tomó la palabra para acompañar la flamante interpretación al artículo 102 y, acto seguido, denunciar una larga lista de “inconvenientes”. Apuntó a una situación edilicia “deplorable”, recordó la reciente caída de parte del cielorraso en uno de los baños de la facultad, e hizo especial hincapié en el “enrejado” del acceso al Centro de Estudiantes. Con la voz en cuello, el dedo índice agitando hacia Andreu, que lo seguía sentado casi enfrente, el joven habló de “autoritarismo”, “persecusión” y “violencia”, actitudes que, dijo, “sólo tienen precedentes en la última dictadura”.
Suspirando fastidio, Andreu enmarcó el cruce en su “violenta novela con la Franja” desde que es decano. “Están acostumbrados a hacer lo que quieren. Hasta instalaron un patio cervecero en mi facultad, sin consultar”, disparó, mirando a Boccanera, a la vez que explicó que semanas antes a la colocación de la reja de la discordia convocó a los estudiantes para notificarlos de su decisión “por una cuestión de seguridad, porque hemos tenido reiterados robos, les dije que iba a permanecer cerrada cuando la facultad no tuviera actividad, pero que llegado el caso yo les iba a garantizar el acceso. No cuestionaron nada, hasta que empezó la obra y armaron un escándalo de proporciones”. Andreu se apoyó, a su vez, en una nota firmada por integrantes de los diferentes claustros de Agronomía, quienes repudiaron “el uso y reinterpretación de la memoria en función de intereses políticos”.
Reclamo unánime por la ciencia
Luego, el debate perforó las paredes del Rectorado para lanzar una advertencia unánime por “la situación crítica que atraviesan las instituciones de ciencia y técnica producto de las medidas implementadas a nivel gubernamental que hacen peligrar el funcionamiento y las bases de sustento del sistema científico tecnológico nacional”. El pronunciamiento fue impulsado por representantes de la facultad de Ciencias Exactas, Humanidades, Trabajo Social y Medicina, pero acompañaron todos los claustros de las demás facultades.
Con reclamos por un mayor presupuesto para garantizar gastos de funcionamiento mínimo, salarios y becas que eviten “la pérdida de recursos humanos altamente formados”, la solicitud de un presupuesto de emergencia para Institutos, Centros y Laboratorios y la prórroga de beca postdoctorales aquellos investigadores que no entraron a la carrera de investigador del CONICET -en la última convocatoria ingresó poco más del 17%-, las palabras que más se repitieron en la sala fueron “crisis” y “ajuste”.
Estas demandas, por las que el Consejo Superior alzó las manos ayer, continuarán el 24 de mayo, cuando se replique en todo el país un Cabildo Abierto por la ciencia.
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