Notre Dame: iban a donar 1.000 palos pero se les “cerró” el bolsillo
Edición Impresa | 20 de Junio de 2019 | 02:27

A la hora de declarar, y de figurar, las personalidades del mundo son muy solidarias. Pero a la hora de concretar las promesas de ayuda y apoyo, la generosidad comienza a disminuir. Pasó con el club brasileño Chapecoense y la tragedia que lo envolvió tras perder a casi todo su plantel futbolístico en un luctuoso accidente aéreo. En esa oportunidad, el mundo futbolero le prometió un apoyo incondicional con la llegada de figuras de distintos equipos, pero muy poco de eso sucedió. Lo mismo está pasando ahora con la catedral de Notre Dame.
Y es que las generosas donaciones para reconstruir Notre Dame se hacen esperar.
Bajo el impacto emocional del incendio, hace dos meses, hubo un alud de promesas de ayuda por un valor de casi 1.000 millones de dólares. Pero de esa cantidad, sólo 90 millones -menos del 10%-, procedentes en su mayor parte de ciudadanos particulares, han sido transferidos hasta el momento.
Grandes mecenas, como las familias Arnault y Pinault, empresarios del sector del lujo, que prometieron 225 y 112 millones de dólares respectivamente, quieren entregar el dinero poco a poco, a medida que progresen las obras y en virtud de las necesidades, sin parecer todavía dispuestos a dar al Estado, por adelantado, estas fuertes sumas.
El propio departamento de prensa de Notre Dame señaló que “los grandes donantes no han pagado. Quieren saber con exactitud dónde se está gastando su dinero y sólo en ese caso aceptan entregarlo de antemano”. Dicho de otro modo, los multimillonarios que prometieron donar filantrópicamente su fortuna quieren controlar los trabajos de reconstrucción, y no sólo pagar el salario de los trabajadores.
Otros donantes de la primera hora, entre ellos ayuntamientos y también personas privadas, se han retractado tras ver que las perspectivas de recaudación eran muy altas, superiores probablemente a los gastos para rehacer la catedral.
Sin embargo, se cree que esa marcha atrás no implica sino una suma residual, de alrededor de un millón de euros. Las diversas fundaciones que canalizan los fondos confían en que, al final, el grueso del dinero acabará llegando.
Mientras tanto, el Senado francés maneja un proyecto de ley para abrir una suscripción nacional para manejar las donaciones de particulares y empresas.
Por otra parte, el ministro de Cultura, Franck Riester, advirtió que Notre Dame se halla en una situación “todavía frágil”. La zona más crítica es la bóveda. “Puede aún derrumbarse”, avisó.
Hasta ahora se han efectuado trabajos de consolidación y para garantizar que la catedral no sufra más daños. Se han retirado los vitrales y algunas estatuas, se aseguraron zonas amenazadas de derrumbe, como los frontones laterales, y se cubrió el área del tejado para evitar que penetre el agua de la lluvia.
La modalidad de reconstrucción, sin embargo, está todavía por decidirse. El Parlamento debe aprobar una ley, pero hay divergencia de opiniones entre los partidos sobre la filosofía del proyecto.
La posibilidad de una anulación excepcional de las normas urbanísticas, medioambientales y de respeto del patrimonio genera controversia. Y la idea de construir una pequeña “catedral temporal”, de madera, en la explanada frente al templo, aún no se ha plasmado.
En este marco, la polémica en Francia gira alrededor de los interrogantes respecto a quién y cuándo se harán las reparaciones, ya que por el momento están trabajando unos 130 obreros cuyas tareas solo se abocan a asegurar la estructura.
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