Esa experiencia llamada tiempo
Edición Impresa | 14 de Julio de 2019 | 08:01

Un viaje por distintas ciudades europeas para acuñar archivos y testimonios sobre el escritor Julio Cortázar desencadena en el protagonista de “¡Felicidades!”, la nueva novela de Juan José Becerra, un cataclismo existencial que lo lleva a reexaminar su vida matrimonial, sus vínculos laborales y su relación con el autor de “Rayuela”.
Andrés Guerrero es un experto en literatura convocado por el Museo Nacional de Bellas Artes para construir el guión curatorial de una muestra dedicada a Cortázar, trabajo que acepta con el único cometido de financiar la compra de un auto nuevo.
Así de corrosiva arranca la nueva novela del autor de “El artista más grande del mundo” y “El espectáculo del tiempo”, un recorrido descarnado por la deriva personal de este hombre fuera de control que cambia su tramposa estabilidad por una vida como homeless en Nueva York.
“Nadie entra dos veces al mismo libro -dice el autor-. Algo de eso le pasa al protagonista de “¡Felicidades!” cuando lee a Cortázar treinta años después de haberlo leído por primera vez. El lector que leyó a Cortázar en su juventud murió, como murió el hombre que amaba a una mujer que ahora no sabe si ama. Si tuviese que apostar una ficha por el sentido de lo que hace ese personaje lo haría en favor de esta idea: el tiempo es un elemento que empuja todas las experiencias hacia una situación de crisis. De hecho el protagonista está en una crisis y, como sabemos, todas las crisis son masivas. Imagino la dinámica de la crisis como la de un viento sobre un castillo de naipes”.
“¡Felicidades!” (Seix Barral) describe por un lado la experiencia de un narrador que desarma y resignifica su antigua fascinación por Cortázar, devenida casi desprecio en el presente, y por el otro el recorrido de un hombre que acusa recibo de la brecha que lo separa de su juventud, y que ve en la inesperada relación furtiva con la hija de uno de sus mejores amigos la posibilidad de recuperar por última vez ese deseo desbocado.
“El protagonista está envuelto en una pasión -explica Becerra-, y la pasión es ilegible para el que la experimenta. En algún momento describe la situación como la de las limaduras de hierro atraídas por el imán. Al margen de la atracción, creo que lo más importante de esa analogía es que siente que puede reunir sus elementos dispersos en una ilusión de identidad”.
Editorial: Seix Barral
Páginas: 328
Precio: $ 699
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