La frecuencia de los micros afloja en el receso invernal y se nota en las paradas

Por las vacaciones escolares circulan menos colectivos, se estiran las esperas y en las garitas se amontonan los usuarios

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El clásico de diciembre se reedita en las vacaciones de invierno: como si las frecuencias de los colectivos dependiesen pura y exclusivamente del ciclo lectivo, cuando las escuelas bajan las persianas la población se ve sometida a eternas esperas. Injustificadas.

En ese contexto, el concejal platense del GEN, Gastón Crespo, solicitó al Ejecutivo municipal que “se controle y exija a las empresas de transporte público el cumplimiento de horarios, frecuencias y cantidad de unidades en circulación”.

En sintonía con el sentir de los usuarios que consultó este diario, el edil comentó que “en las vacaciones de invierno los platenses tenemos que padecer más demoras a la hora de usar el micro, porque las empresas reducen frecuencias y unidades para cubrir la disponibilidad de personal”.

“Sin embargo -continuó-, la gran mayoría de los vecinos continúa con sus labores habituales o tiene que trasladarse con los chicos para realizar distintas actividades”, agregó.

“Nosotros seguimos trabajando”

En la esquina de 7 y 49, Marta Pietravallo (48) fue contundente en ese sentido: “Empezaron las vacaciones de invierno en las escuelas, pero nosotros seguimos trabajando”, disparó la empleada de comercio.

Así las cosas, Gastón Crespo pidió formalmente que “se cumpla con el servicio” y que “se publiquen los horarios y recorridos de las unidades que integran el Sistema Unico de Transporte (SUT)”.

Un relevamiento realizado por el concejal y su equipo da cuenta de los “reiterados reclamos de vecinos de la Ciudad que utilizan el servicio de transporte público de pasajeros”.

“En horarios pico, un vecino o vecina puede llegar a esperar el colectivo una hora. Y los fines de semana, el panorama es peor aún”, aseguró.

Las “frecuencias eternas”, situación que, como se dijo, se padece todo el año pero particularmente cuando no hay clases, también afecta por estos días a Agustín Iribarren, un joven informático de City Bell que le dijo ayer a este diario que “todos los años y en las mismas épocas pasa lo mismo, y como las autoridades no controlan a las empresas de transporte, hacen lo que quieren”.

“Terminan las clases y las frecuencias empeoran, pero lo cierto es que son malas todo el año. Y nadie controla”, coincidió Mabel, una mujer que llevaba 25 minutos de espera en la Plaza San Martín “cuando normalmente (mi línea) a esta hora pasa cada 15 minutos”, aseguró.

“Según podemos observar quienes somos pasajeros, la mayoría de las unidades no cumplen con las condiciones sanitarias ni con las frecuencias acordadas”, añadió Crespo.

“De persistir esta situación, el municipio debería avanzar en la rescisión del contrato actual, para implementar un servicio comunal que cumpla con las necesidades de los vecinos y, además, sea sustentable” propuso.

También sobre Plaza San Martín, Natalia Brandoni estaba emponchada hasta el cuello para combatir el frío. Contó que es jubilada, que cobra la mínima pero que sus hijos la ayudan.

“Los últimos, siempre”

“Los jubilados y pensionados, como en todo, somos los últimos orejones del tarro. Los últimos en todo. Nos obligan a hacer colas para todo, no sólo para cobrar sino también para pagar. En verano con un calor insoportable y en invierno con un frío que cala los huesos. Y los micros están pensados para la época de clases. Y hasta ahí nomás”, se quejó, sin dejar de esbozar una sonrisa, la mujer platense.

 

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