“Campaña limpia”, el reclamo ante las calles tapizadas de cartelería política
Edición Impresa | 29 de Julio de 2019 | 04:48

En la cuenta regresiva hacia las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), la “campaña sucia” se muestra a pleno en las calles de la Ciudad. Y la juegan casi todos los candidatos de casi todos los partidos o alianzas. Hablamos de la propaganda electoral que invade la vía pública, desde lo alto de un pasacalles o desde un banner plantado en plazas o ramblas de avenidas centrales, hasta los afiches y pegatinas que se disputan su espacio tapizando fachadas, postes de luz y cercos de obras en construcción.
Esa cartelería, que anuncia nombres en letras mayúsculas y de colores vivos sobre rostros de figuras políticas con sonrisas de blanco reluciente, pretende atraer la atención de los transeúntes. El riesgo es la paradojal distracción que el engrudo agrega a una Ciudad ya aquejada por los efectos de la contaminación visual de diversa índole.
Ejemplos sobran. Son varias las paredes de la ciudad que por estas horas muestran, más que a un candidato, un collage de muchos de ellos: en un “vale todo” en el que el afiche pegado ayer es tapado por otro que tal vez mañana -o dentro de algunas horas- vuelva a ser reemplazado (ver foto). Y el juego probablemente se replique hasta el comienzo de la veda electoral.
El último fin de semana, la Municipalidad tomó nota del asunto y una cuadrilla de agentes de la secretaría de Espacios Públicos y Gestión Ambiental fue al rescate del colegio industrial Albert Thomas, cuya histórica fachada había quedado cubierta por el empapelado partidario. La respuesta comunal buscó calmar el malestar desatado no solo entre la comunidad educativa, sino entre los vecinos de la zona de 1 y 58.
También, EL DIA difundió una solicitada en la que el intendente de La Plata, Julio Garro, pidió a los frentes políticos evitar las pegatinas indiscriminadas de campaña y cuidar el patrimonio público de la ciudad.
“Los vecinos necesitan que nos comprometamos a cuidar el patrimonio público y haciendo una campaña limpia que no afecte el espacio público, ni cause daños irreparables como muchas veces sucede”, reclamó el jefe comunal, que a su vez subrayó que “cuando se daña o ensucia el patrimonio no se le hace daño a un intendente ni a un espacio político, sino a todos los platenses que quieren vivir en una ciudad mejor”.
A renglón seguido, el mandatario municipal advirtió que “en todos los casos donde se causen daños al espacio público realizaremos las acciones judiciales correspondientes [...] para proteger el bien común de la ciudad”.
Al daño que semejante proliferación de cartelería causa sobre el patrimonio platense, hay que sumarle el descuido por el mantenimiento de la higiene urbana, la tensión y el estrés ciudadano que provoca. Por definición, explican los especialistas, la contaminación visual es todo aquello que afecta o perturba la visualización de una determinada zona y/o rompe la estética del paisaje. En tal sentido, los efectos sobre el peatón y el conductor de un vehículo son doblemente nocivos por su carácter anárquico. “Exceso de información en colores, luces y formas -alertan los expertos- hace que nuestro cerebro no pueda procesarla debidamente. Todo ello perjudica desde la salud de los ojos hasta la del cerebro, e incluso altera la tensión y produce estrés. Y estas son apenas algunas de las consecuencias”.
Vale señalar que la modalidad viola una serie de ordenanzas y disposiciones establecidas en el Código Contravencional local. Pues, no está permitida ninguna actividad proselitista que ensucie o dañe edificios o mobiliario público.
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