Hay alarma en Gorina por un vendaval de robos en 15 días

En una reunión con el comisario los vecinos denunciaron que “la tranquilidad del barrio desapareció con la inminencia de las elecciones”. Y hablan de una “cuadra marcada”

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En la fría noche del jueves, una veintena de personas formó un círculo bajo uno de los faroles led, en la esquina de 133 y 480. En uno de los ángulos se paró también el Comisario de Gonnet, junto a su Jefe de Calle. Entre los vecinos había algunos con chicos, por eso el encuentro se desarrolló con rapidez.

Las voces de cada asistente se mezclaban con el ladrido de los varios perros que pululan por el barrio, y de cuando en cuando se escuchaba un relato relacionado al motivo que impulsó la reunión: los hechos delictivos que desde hace una semana se volvieron frecuentes en una zona que “hasta hace poco era tranquila”.

“Yo me vine a vivir acá en el 2017, sabiendo que hay sectores complicados. Nunca pasó nada y en una misma semana hay siete robos, algo raro pasa”, reflexionó Nicolás. Ese sentimiento que reflejó el joven, de que la situación va más allá de la inseguridad, fue compartido por todos los frentistas entrevistados por este medio.

En esa línea pusieron énfasis en que “se trata de un año electoral”, dando a entender que detrás de los siete atracos en cuatro días se asoma “una cuestión política”.

El jueves se juntaron con las autoridades para “ver si nos ofrecen algún tipo de solución” y aseguraron que “tienen a una banda en la mira, creen que son ellos”.

UNA CUADRA “MARCADA”

Para aquellos que viven en 133 entre 480 y el arroyo Rodríguez, lo que antes era pacífico ahora se tornó “inseguro”. Esa parte de Gorina es relativamente nueva y así se ve reflejado en las edificaciones, con varias aún en obra. Son, “en su mayoría” aclaró Nicolás, “casas de clase media”.

De acuerdo a lo que denunciaron los propios vecinos, entre el sábado y el miércoles se registraron siete robos en viviendas, todos ellos en ausencia de sus propietarios.

Gran parte podrían colocarse en el rango de “raterismo”.

“Te roban lo que tengas en el patio o dentro del auto, pero si no estás entonces entran en tu casa y se llevan lo primero que puedan manotear”, explicó Emiliano (33). Él conoce la problemática de primera mano, puesto que la vivió en su hogar.

“El sábado a la tarde nos fuimos de viaje con mi esposa y nuestra hija (de 34 y 4 años). Ya habíamos llegado” a destino, en Dolores, cuando les avisaron del servicio de alarma que se había activado el sensor de movimiento en la puerta del frente, refirió. Pero como ya había pasado antes y el dispositivo no detectó aperturas de puertas, la empresa de seguridad y los dueños de la casa supusieron que era otra falsa alarma. A su regreso, al día siguiente, la familia cayó en la cuenta de que sí hubo intrusos.

“Con pinzas habían abierto un hueco grande en el portón de alambre”, describió Emiliano, quien no tardó en detectar que los ladrones lograron burlar el sensor de apertura ingresando por una puerta trasera, a la que “forzaron por el medio. Si la corrían, sonaba”, explicó.

Suponen que, en cuclillas, fueron hacia adelante, donde sí se activó el sensor de movimiento y decidieron escapar corriendo con un televisor de 32 pulgadas.

“Se metieron en nuestra casa”, insistió Emiliano antes de explicar que eso “nos hace sentir totalmente inseguros. Yo no puedo dormir; me levanto ante el primer ruido”.

Emiliano fue a exponer su preocupación a la comisaría, pero es consciente de que trabajan allí “tres personas, con las que no pueden llenar más que un móvil” de los tres que tienen. Y se mostró convencido de que “si (los ladrones) entran en casas con carteles de alarma o con la gente adentro es que no les importa nada. Y estamos en épocas de elecciones”.

Hace dos semanas Carlos (56) notó que en su casa de la misma zona, que comparte con su mujer, Fernanda (47), habían “aflojado el alambre”. Como lo consideró una tontería lo arregló sin darle mayor importancia. Pero a la semana siguiente encontró huellas en el porche de entrada. Y, después, una abertura en el alambrado. Eso fue “dos días antes de que entraran en la casa de Emiliano”, apuntó.

“Esta zona era tranquilísima. Hasta al comisario, que hace un año que está, le llama la atención lo que está pasando -aseguró Carlos- porque hace 15 días que estos muchachos se mueven tranquilos, sin importar la hora, ni el lugar. Por eso lo asociamos con las elecciones... en dos años nada y en pocos días tanto”, remató.

Federico también es del barrio, vivió un incidente inquietante y participó del encuentro del jueves.

“El otro día estábamos tomando mate en la cocina de mi casa, al lado de una ventana, y escuchamos la bocina de mi auto. También ladraron los perros, pero como no vimos nada no le dimos importancia”, explicó el muchacho.

De nuevo, la falta de antecedentes hizo que la posibilidad de un robo resultara inverosímil para los vecinos. Pero eso era justo lo que estaba pasando. Y cayó en la cuenta cuando vio su mochila tirada en el patio.

Entonces reconstruyó la secuencia: “Evidentemente el tipo entró (pese a que debió haber visto que había gente), revisó mi auto y se le escapó un bocinazo antes de manotear la mochila y salir corriendo”. Abordado por los perros de la propiedad el intruso se vio apremiado a saltar el paredón.

“Vimos las huellas”, confirmó Federico, quien rápidamente alertó de lo sucedido en el grupo de whatsapp que comparten los vecinos. Las cámaras de algunos de ellos lograron registrar al ladrón, imágenes que ya están en poder de la Policía. “En estos 10 días entraron dos veces en mi casa- cerró- es demasiado”.

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