Sueltas de libros y poemas para homenajear a Borges

Mañana se cumplen 120 años de su nacimiento pero a partir de hoy comenzarán los festejos. Una figura que se agiganta y sigue sorprendiendo en el Olimpo de las letras

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“De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación”. La sentencia de Jorge Luis Borges no sólo tiene actualidad sino que parecería cobrar nuevos sentidos a medida que el tiempo pasa. Su prolífica obra es una invitación constante a ingresar al mundo de la lectura. Por eso mañana, como cada 24 de agosto, se conmemora en todo el país el Día del Lector.

La celebración se lleva a cabo desde 2012 -tras la aprobación de la Ley nacional 26.754- y tiene como objetivo “promover la lectura y la democracia a través de la realización en dicha fecha de actos de divulgación de las letras y de reconocimiento a la obra y trayectoria de la máxima figura de la literatura nacional”.

La fecha no es casual: el jueves 24 de agosto de 1899, en una casona de la calle Tucumán al 700, entre Maipú y Esmeralda, nacía quien sería el máximo exponente de las letras argentinas. Esta vez, al cumplirse 120 años de su nacimiento, el Día del Lector está previsto que se celebre con distintas actividades a realizarse entre hoy y mañana.

Hoy, para arrancar con los festejos, la Fundación El Libro y la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) harán una “suelta” de más de 100 mil poemas de autores argentinos, tanto clásicos como contemporáneos. La acción se llevará a cabo en 62 esquinas de todo el país, entre las 9 y las 18, y en las diferentes sedes que la SADE tiene en territorio nacional. Los principales puntos donde se repartirán poemas son Florida y Corrientes; Santa Fe y Callao; Hipólito Yrigoyen y Entre Ríos; Corrientes y Callao; y Rivadavia y Callao.

También en capital federal, la empresa Subterráneos de Buenos Aires y la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura de la Ciudad organizaron para hoy distintas actividades que incluyen “suelta” de libros y lectura de poesías de Borges. A partir de las 12, en el hall de la estación José Hernández del subte D, actores caracterizados del gran escritor leerán poemas y repartirán unos 600 libros de literatura clásica y contemporánea, ejemplares que deberán devolver en cualquier estación de la red de subterráneos para que sean disfrutados por otros pasajeros. A su vez, en los coches de todas las líneas, el grupo de Actores en Movimiento hará perfomances en homenaje al autor de El Aleph.

Genio de las letras y acaso más comentado que leído, subestimado incluso en concursos nacionales de literatura, Jorge Luis Borges soportó durante años el prejuicio de buena parte de la clase política que, lejos de entender su sabiduría y lúcida ironía, prefirió atacarlo y encasillarlo como un “hombre de derecha”, etiqueta que no logra representar en nada la magnitud de su talento. Borges no sólo fue un buen escritor: fue un inventor de mundos. Y, para muchos, una mente que, como ocurrió con Julio Verne o el propio Leonardo da Vinci, fue capaz de anticiparse a su tiempo y vislumbrar obras e invenciones cuya creación sólo se confirmarían con el paso del tiempo y en un futuro que no lo vería como testigo (ver aparte).

Sus principales libros fueron “Ficciones”, “El Aleph”, “El informe de Broodie”, “El libro de arena”, “Historia de una eternidad”, “Siete noches”, “Fervor de Buenos Aires”, “Cónicas de Bustos Domecq”, “Manual de zoología fantástica” y “Prólogos con un prólogo de prólogos”.

En Tucumán al 740, donde nació, hay una placa recordando aquel hecho. Esa zona del centro porteño fue la preferida del genial escritor; en 1944 y hasta que se radicó en Ginebra, Suiza, vivió en un departamento del edificio de Maipú 994 -el 6º B-, esquina Marcelo T. de Alvear, a menos de 500 metros de la casa paterna. Incluso el actual Centro Cultural Borges, en Viamonte al 500, está a tres cuadras de donde se encontraba la casona de la familia Borges.

 

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