¿Cómo saber si los mariscos que compramos son frescos?

Aunque el consumo de pescado y de marisco no es exclusivo del verano, el turismo en las costas puede aumentarlo considerablemente durante la temporada y a su vez hasta por costumbre se elige esta época para su consumo. 

A su vez, cada vez más nutricionistas y especialistas aconsejan incorporar su consumo en las dietas y dan fe de sus propiedades que ofrecen tanto en proteínas como en nutrientes saludables para nuestro organismo. 

Ahora bien, algo que es muy importante es saber reconocer cuándo un marisco está fresco. Existen algunos tips para identificar a simple vista un marisco en un buen estado y poder distinguir la calidad y la frescura.


-Mejillones y almejas frescas
En el caso de estos moluscos, lo primero que tenemos que observar es la concha, que debe estar cerrada. En el caso de que se abriera apenas, con presionarla levemente, debería cerrarse. Además el líquido dentro del caparazón o concha debe ser abundante y de color claro. Por último, tenemos que recordar que las conchas deben abrirse al cocinarlos; de lo contrario, conviene desecharlos.

-Calamares y pulpos
Estos mariscos deben tener una carne de textura firme y de color blanco nacarado o blanco rosado, ligeramente abrillantado. 

-Gambas y langostinos
Para identificar la frescura de estos mariscos tenemos que prestar atención en la cabeza. En ambos casos, debe presentar un aspecto translúcido mientras que el resto del cuerpo no debe presentar manchas oscuras. Por otra parte, la carne debe encontrarse firme y el caparazón debe lucir brillante y resistente.

-Mariscos frescos
Aunque es una obviedad, tal vez no está de más aclarar que los mariscos más frescos son los que se encuentran vivos. De todas formas, a veces no es tan sencillo asegurarnos de que están vivos. Para ello, tenemos que golpearlos unos con otros: si se mueven, están frescos.

-Olor de los mariscos
Todos los mariscos deben tener un aroma agradable a mar. Si huelen a amoníaco o podrido, entonces significa que no están en buen estado. Lo mismo ocurre con los pescados. No es cierto eso de que los pescados y mariscos huelen mal porque sí. Si el olor es feo, el animal no se encuentra en un estado de frescura, y en ese caso tenemos que desecharlo. 

-Mariscos congelados
Lo ideal no es comprarlos congelados, sino literalmente “frescos”. Pero si se conservan bien, los mariscos congelados también pueden consumirse. En ese caso, debemos asegurarnos de que las bolsas no tengan derrames ni se encuentren abiertas en ninguna parte. Si compramos una bolsa con varios tipos de mariscos diferentes, tenemos que podes diferenciarlos entre sí.

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