Grierson y Lanteri, pioneras del feminismo médico

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No había ley que lo impidiera, sin embargo, en el siglo XIX ninguna mujer podía acceder a la carrera de Medicina en Argentina y no había antecedentes de mujeres médicas en toda América Latina.

El historiador Felipe Pigna cuenta que “había sí, una trampa reglamentaria, un requisito imposible de cumplir. Para anotarse en la carrera había que tener aprobado latín, pero esa materia se dictaba sólo en el Colegio Nacional de Buenos Aires, una institución que por entonces era sólo de varones”. La entonces docente Cecilia Grierson, motivada por la intención de curar a una amiga de un mal respiratorio crónico, se armó de paciencia y voluntad y logró pasar decenas de obstáculos para ingresar a la universidad y convertirse en la primera médica de nacionalidad argentina, título que obtuvo el 2 de julio de 1889, cuando la facultad ya tenía un largo recorrido, de 67 años, en los que solo matriculó hombres.

Una mención especial merece también Julieta Lanteri, inmigrante italiana que logró ser la primera mujer en egresar del Colegio Nacional de La Plata, la sexta médica del país y la primera en votar de toda Sudamérica, en 1911, gracias a una autorización judicial. De ella es la frase “arden fogatas de emancipación femenina, venciendo rancios prejuicios y dejando de implorar sus derechos. Éstos no se mendigan, se conquistan”.

 

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