Iota se convirtió en un huracán categoría 5 y acechaba a Centroamérica

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MANAGUA

Iota se fortaleció durante la jornada de ayer y se convirtió en un huracán categoría 5 que se acercaba peligrosamente -al cierre de esta edición- a las costas de Centroamérica, en la misma zona golpeada hace menos de dos semanas por otro poderoso meteoro, Eta.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que Iota presentaba vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora y se ubicaba a 90 kilómetros al este-sureste de la localidad costera nicaragüense de Puerto Cabezas, también conocida como Bilwi, y se movía hacia el oeste a 15 kilómetros por hora.

El huracán se fortaleció en las aguas del Caribe mientras se acerca a las costas de Nicaragua y Honduras, donde anoche ya había lluvias intensas y fuertes vientos, aunque el ojo del eteoro aún estaba a varias horas de tocar tierra en el noreste nicaragüense.

Las autoridades advirtieron que Iota probablemente llegaría a las áreas donde las lluvias torrenciales de Eta saturaron el suelo, dejándolo propenso a nuevos deslizamientos de tierra e inundaciones, y que la marejada ciclónica podría alcanzar entre 4,5 y 6 metros por encima de las mareas normales.

La vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo dijo que las autoridades habían evacuado a miles de personas de las áreas que se verán afectadas.

Nicaragua y Honduras mantienen alerta roja para toda la zona caribeña y el norte, donde se cree que el poderoso ciclón provocará intensas lluvias, desbordes de ríos, derrumbes e inundaciones.

En Bilwi, Nicaragua, donde viven unas 60.000 personas, la gente esperaba con angustia el impacto del ciclón en medio de una lluvia todavía intermitente y vientos que aumentaban su fuerza a cada minuto. Esta zona fue castigada hace 13 días por Eta.

Cuando Eta azotó Bilwi, la marea subió hasta detrás de la casa de doña Yasmina, en la que viven seis adultos y tres niños, todos miembros de su familia.

A pocos metros de ahí, algunas personas se apresuran a colocar tablones de madera sobre las pequeñas ventanas de sus viviendas y refuerzan las láminas de zinc de los techos, para que Iota no se los lleve nuevamente. Desde la casa de Yasmina se escucha el constante martillar de los vecinos.

Iota es la trigésima tormenta con nombre en la extraordinaria temporada de huracanes del Atlántico de este año. También es la novena tormenta que se intensifica rápidamente esta temporada, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia. Esta actividad ha centrado la atención en el cambio climático, que según los científicos está provocando tormentas más húmedas, fuertes y destructivas. (AP)

 

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